La discusión por Elisa Carrió disparó pases de facturas y recalentó las disputas en el PRO

El cimbronazo en Juntos por el Cambio dejó al descubierto las desconfianzas y los recelos en la etapa previa a la pelea electoral.


Por Martín Bravo para Clarín.

«Tenía la recámara cargada, la cuestión es quién le puso las balas», resumió uno de los apuntados por Elisa Carrió la desconfianza instalada apenas pasado el cimbronazo en Juntos por el Cambio por las acusaciones que esta vez desataron una réplica inédita y dejaron de manifiesto los resquemores entre los referentes del espacio, en la etapa previa a la pelea electoral.

Los dirigentes de la coalición opositora buscaron bajar la intensidad de las discusiones públicas, aunque se sucedieron los pases de factura sobre las motivaciones del conflicto, con Mauricio Macri como el principal señalado por su silencio -evitó el tema en su paso por la Fundación Libertad, en Rosario- y su coincidencia en objetar los vínculos con Sergio Massa.

Mientras se mostraban este jueves en actividades y recorridas, y por la tarde cruzaban al Gobierno por la inflación del 7,4% en julio, a muchos les duraba la bronca por las descalificaciones y el conflicto.

Entre los blancos de Carrió estuvieron Cristian Ritondo, Patricia Bullrich, Emilio Monzó, Rogelio Frigerio, Gerardo Morales, Facundo Manes y Margarita Stolbizer. Los cuestionamientos giraron en torno a las relaciones con el ministro de Economía, aludió a presuntos negocios y en el caso de Frigerio a cuestiones personales.

“No es el camino, se excedió. No está bien que quiera romper Juntos por el Cambio. El adversario es el Frente de Todos, que está destruyendo el país”, dijo Morales a Clarín, en un alto entre sus actividades en Santa Fe y Rosario, y agregó: “No acepto bajo ningún punto de vista, más allá del respeto y el reconocimiento a la Coalición Cívica y a Carrió, que sean ellos los que emitan el certificado de buena conducta ética y moral sobre Juntos por el Cambio y menos sobre el radicalismo”.

Frigerio y Ritondo analizan presentar querellas por calumnias o injurias, aunque a la vez exploran una salida política. El jefe del bloque de diputados avisó que, antes de avanzar con la denuncia, hablará con Macri, Bullrich y María Eugenia Vidal.

Además de los llamados cruzados de estos días, este viernes los referentes del PRO almorzarán en un restaurante de Puerto Madero, y descuentan que este tema será el menú principal. “Se van a romper las copas”, exageró uno de ellos.

Los integrantes de la mesa nacional suspendieron el encuentro presencial que estaba previsto para el próximo martes, en la sede de Gastronómicos porteños en Constitución. Carrió adelantó que no iría -no suele ir a esas reuniones-, aunque de cualquier modo consideraron que había que postergarla para bajar la tensión.

Además de las querellas, otros diputados planean pedir cuestiones de privilegio en la próxima sesión en la Cámara, para dar discursos con repudios a Carrió por la “afectación del honor” de los legisladores. Como advertían algunos apenas escalaba el conflicto, “todo pérdida” para la coalición opositora y regocijo para el kirchnerismo.

«Se van a hacer un picnic, y Carrió es la que trajo los pochoclos. Que vaya a la tele y pida perdón”, se repitieron los reclamos, en algunos casos con exabruptos. Entre las motivaciones señalaron su propósito de recuperar centralidad y la necesidad de posicionarse de cara a las definiciones electorales y la conformación de las listas.

El rol del ex presidente

Como parte de los pases de factura, más allá de la bronca con Carrió, generó suspicacias el silencio de Macri. Dirigentes del PRO y del radicalismo se apoyaron en las palabras de Fernando de Andreis, hombre del ex presidente, para vincularlo al movimiento de Carrió. El ex Secretario General de la Presidencia habló en plural.

“Con Mauricio creemos que el futuro tiene que ser con valores. También que hay que ser incansables en la defensa de la república y las instituciones. Cuidar que Juntos por el Cambio no se contamine con relaciones poco claras con el autodenominado panperonismo”, tuiteó De Andreis el miércoles. “En la situación delicadísima del país, algunas declaraciones podrían no ayudar. Creemos que hay que encontrar formas de marcar nuestras diferencias sin descalificar a terceros”, tomó luego distancia de los modos de Carrió.

Entre los que apuntaron a Macri marcaron la contradicción de que Carrió cargara contra Ritondo, aliado del ex mandatario. El rechazo de la ex diputada al jefe de la bancada del PRO incidió para que Juntos por el Cambio quedara sin presidente del interbloque en Diputados.

La discusión a su vez potenció los recelos entre Rodríguez Larreta y Bullrich, rivales en la disputa por la candidatura presidencial del PRO. “La acusación a Patricia es inaceptable. La mandó Horacio, y terminó tan pegado que quedó obligado a salir a despegarse”, sentenciaron en el ala dura del partido. “Es un disparate”, replicaron cerca del jefe de Gobierno porteño.

“Hay un doble discurso. Ratifico todas las conversaciones porque incluso alguno se invitó a mi casa a comer un asado. Están las llamadas telefónicas, si lo quieren negar…”, dijo Carrió a Clarín en la noche del miércoles, luego de contar que había hablado con Macri y Rodríguez Larreta. “Yo no miento más, no escondo más la verdad. Prefiero morirme”, ratificó su postura, y avisó que por un tiempo dejará de dar entrevistas.

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