Son 14 puntos más de lo firmado con el FMI, pero se aleja del 70% proyectado por privados.
El Gobierno informó que cambió su proyección de inflación que llegaría hasta 62% para fin de año. De esa manera, el Poder Ejecutivo retocó casi 15 puntos porcentuales su estimación de suba de precios en comparación con el acuerdo original con el Fondo Monetario Internacional.
En la Casa Rosada admiten que se trata de un objetivo “ambicioso” y aseguraron que no habrá por el momento medidas adicionales para intentar contener la inflación.
De todas maneras, el nuevo rango de inflación con el que trabajará el Ministerio de Economía, todavía permanece unos 10 puntos porcentuales por debajo del último Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) que elabora el Banco Central entre consultoras, bancos y fondos de inversión.
La estimación que había acordado con el FMI hace tres meses, al inicio del programa económico que aprobó el directorio, el rango era de entre 38 y 48%, un número que quedó atrasado tras el pico inflacionario de marzo, abril y mayo. A pesar de que era la intención del equipo económico, el Palacio de Hacienda no logró recalcular la inflación con un techo y un piso más estrecho y tuvo que mantenerla en diez puntos.
Las autoridades esperan que la suba de precios promedio para el año sea de 57,7%.
“Las medidas que anunciamos hoy obedecen a la lógica de atender el shock que produjo el evento inesperado de la guerra. Hubo cambios en la estacionalidad del gasto y necesitamos readecuar los instrumentos para alcanzar los objetivos que nos planteamos”, afirmaron fuentes del Ministerio de Economía.
“Las metas de inflación que nos planteamos es un objetivo ambicioso pero tenemos que tener objetivos ambiciosos. Es un escenario muy volátil pero confiamos en la efectividad de las medidas que tomamos”, subrayaron las fuentes del Palacio de Hacienda.
En el mismo sentido, admiten que dada “si la dinámica cambia, tendremos que hacer una nueva readecuación”. Cabe apuntar que la última estimación de los analistas plasmada en el REM del BCRA trepó a 72% para todo el año.
El viernes de la semana que viene, incluso, anticiparon desde el Gobierno que el directorio del Fondo Monetario no solo dará luz verde a la revisión de los números del primer trimestre, un trámite que estiman más accesible, sino que también analizará si da lugar a una recalibración como la que plantearon el Poder Ejecutivo y también el equipo técnico del FMI.
En términos de acumulación de reservas, que aparece como la meta de más difícil cumplimiento por parte del Ejecutivo, desde el Gobierno aseguran que el shock de precios internacionales “relativizó” la secuencia lógica de acopio de divisas en el BCRA, que en términos generales por estacionalidad puede hacerlo en mayor medida por la liquidación del complejo agroexportador.
En los últimos meses el Poder Ejecutivo había asegurado que en el decreto presupuestario incluiría, además de una lógica adaptación del esquema de gastos e ingresos a los supuestos del FMI -el proyecto de ley enviado por Guzmán en septiembre del año pasado no tenía- una recalibración de la expectativa de inflación.
PBI
Desde el Palacio de Hacienda, además, estiman que el PBI crecerá en términos reales un 4 por ciento. El Gobierno eligió, así, quedarse con el número más bajo del rango de variación económica que estaba explicitado en el acuerdo con el Fondo, que preveía entre un 4 y un 5 por ciento de crecimiento del Producto.
El nuevo decreto presupuestario, además, supone un ritmo de ingresos y de gastos que seguirán la línea de la nominalidad nueva blanqueada más cercana al 60 por ciento. La nueva situación internacional forzará al sector público a resignar el objetivo de recorte de subsidios de 0,6% del PBI previsto en la hoja de ruta con el Fondo. Ahora, estiman, esa poda apenas podría alcanzar el 0,05% del Producto.