El ex presidente adelantó que evitará movimientos que potencien la tensión en Juntos por el Cambio. Buscará “ayudar”, aunque considera que la “responsabilidad” es del jefe de Gobierno por imponer la estrategia.
Por Martín Bravo para Clarín.
“Estaba ansioso por venir”. Mauricio Macri quería volver a Buenos Aires y tomó el primer vuelo que pudo, uno de Iberia desde Madrid. Los dirigentes con contacto frecuente lo describieron “hiperactivo” en el seguimiento al detalle del proceso electoral y las internas de Juntos por el Cambio, con algún pase de factura a Horacio Rodríguez Larreta por los ruidos de la primaria entre Diego Santilli y Facundo Manes en la provincia de Buenos Aires. Hasta hace unas semanas el ex mandatario tenía previsto participar de la campaña en algunos distritos, aunque se tomará la semana de aislamiento para pensarlo mejor.
Macri proyectaba visitar y apoyar candidatos en Córdoba, Mendoza, Santa Fe, Corrientes y el interior bonaerense, entre otros sitios. En esos territorios mantuvo niveles de aceptación, sin una imagen negativa tan alta como en el conurbano, el norte y el sur del país. “Hay llamados de las 24 provincias. Algunos te pueden decir que buscan el famoso tercio del medio, pero para las PASO el voto de Mauricio es decisivo”, dijo a Clarín uno de los referentes del PRO más cercanos, y dejó en suspenso su grado de exposición en las próximas semanas: “Lo va a analizar bien, hay que ser cuidadosos con las internas. El busca garantizar la unidad de Juntos por el Cambio y ponerse por encima de las disputas”.
María Eugenia Vidal ya hizo saber que buscará que la acompañe en actividades en la Ciudad, para atraer al voto duro del PRO. Los funcionarios y candidatos del Frente de Todos intentan subirlo de manera permanente al ring de discusión pública. Macri definirá sus movimientos en base a dos ejes, según los integrantes del ala dura del PRO: no potenciar las tensiones en el espacio ni adelantar la discusión de 2023, algo que ya sucedió. Rodríguez Larreta se impuso en la definición de las candidaturas en la provincia de Buenos Aires y en la Ciudad, una apuesta en línea con su proyecto presidencial.
Esos dos postulados incluyen un cuestionamiento de Macri al jefe de Gobierno. El ex mandatario había impulsado la postulación de Vidal en territorio bonaerense, y con los fuertes cruces hace unos días aprovechó para marcar el riesgo de la estrategia del alcalde porteño. “Está claro que Manes es candidato porque no fue María Eugenia, lo dicen los propios radicales. Ahora ya está, él va a ayudar, pero la responsabilidad principal de que salga bien es de Horacio”, transmitió un dirigente que mantuvo contacto diario durante la estadía de Macri en Suiza, Italia y España.
Aun con la disputa por el liderazgo y las diferencias por la estrategia, el fundador del PRO habló con Rodríguez Larreta desde el exterior. Más allá de la presentación del libro en Madrid y actividades como titular de la Fundación FIFA, y entre las vacaciones con su mujer Juliana Awada y su hija Antonia, también participó de modo virtual de reuniones de la mesa nacional y conversó con otros dirigentes cercanos como Patricia Bullrich, Fernando De Andreis, Miguel Pichetto y Hernán Lombardi, y con algunos radicales, incluido Manes.
“Mauricio plantea que no hay que criticar a nadie: hay que decir que la lista de ellos es buena y la nuestra es mejor. La obsesión es ganar en noviembre, la elección más importante desde 1983”, adelantó Lombardi la postura de Macri sobre las internas y su intento de mostrarse ajeno a las disputas. El ex titular del área de medios públicos fue uno de los pocos que consiguió entrar en las listas -séptimo en la encabezada por Santilli- a pedido del ex presidente, con su secretario Darío Nieto para legislador porteño y Fernando Iglesias -cuarto en la Ciudad-, en este último caso compartido con Bullrich.
La “obsesión” para las generales está focalizada en «frenar a Cristina Kirchner» y evitar que el Frente de Todos sume diputados que le permita controlar la Cámara baja y de ese modo avanzar en iniciativas como la reforma de la Ley de la Procuración. Además de la causa del Correo Argentino, la que más lo preocupaba por las eventuales consecuencias judiciales para sus hijos, ex accionistas de Socma, Macri siguió desde Europa la imputación por el envío de municiones y material represivo a Bolivia en noviembre de 2019, días después de que Evo Morales fuera forzado a dejar el poder.
Su abogado Pablo Lanusse intentó frenar sin éxito la investigación interna de Gendarmería y el ex mandatario celebró el rechazo de la Unión Europea a las acusaciones de Bolivia al bloque de haber «conspirado» para preparar el golpe de Estado. Aun así cerca suyo buscaron relativizar su preocupación por las causas, al marcar que no llegó a que decidiera ser candidato para conseguir fueros.