La judoca argentina no pudo defender la medalla obtenida en Brasil y se despidió de los JJ.OO con honores por su entrega a pesar de estar lesionada y por su brillante carrera deportiva.
La judoca argentina Paula Pareto afrontó su última lucha con una limitación física por el esguince de codo izquierdo que sufrió en su derrota con por ippon ante la japonesa Funa Tonaki, tercera del ranking mundial, en los cuartos de final de su división.
La Peque perdió con la portuguesa Catarina Costa por waza-ari en un repechaje de la categoría y quedó sin chances de acceder a una medalla.
«Como a cualquier deportista, no me gusta perder, me entristece, pero no es tan malo un diploma olímpico. Objetivamente está bien», analizó con lágrimas ante los micrófonos del canal TyC Sports.
La judoca argentina pidió «perdón por no hacerlos tan felices como en Río».
Y cerró: «Estoy muy contenta por todos los mensajes que recibí en esta semana, el cariño de la gente es algo que a mi me hace muy feliz. Me sentí muy querida y apoyada todos. No deja de sorprenderme»
En las primeras luchas de la jornada, Pareto puso a la campeona de África en estado de sumisión con una llave desde el piso y definió la historia cuando faltaban más de dos minutos de pelea.
En el siguiente cruce, consiguió dos waza-ari y despachó a la eslovena Marusa Stangar, duodécima del escalafón y medalla de bronce en el Campeonato Europeo de Minsk 2019.
Sin dudas la carrera de Pareto será recordada por los fanáticos de este deporte. Los otros dos Juegos asumidos por la mejor judoca argentina de la historia acabaron con una medalla en su cuello: bronce en Beijing 2008 y oro en Río 2016, lo que la convirtió en la primera mujer argentina en coronarse campeona olímpica.