Gildo Insfrán y Alberto Rodríguez Saá, unidos por un no rotundo al Gobierno

El gobernador formoseño sorprendió a miembros destacados del gobierno del presidente Alberto Fernández cuando le ofrecieron seleccionar una ciudad de su provincia para participar del plan de capitales alternas. La negativa hizo acordar al rechazo del puntano.


Por Jaime Rosemberg para La Nación.

El interminable caudillo peronista formoseño Gildo Insfrán estuvo en el ojo de la tormenta política y mediática estas semanas, con sus políticas sanitarias y de derechos humanos seriamente cuestionadas. Pero su particular método para tomar decisiones -casi siempre unilateral- sorprendió incluso a miembros destacados del gobierno del presidente Alberto Fernández cuando le ofrecieron seleccionar una ciudad de su provincia para participar del plan de «capitales alternativas», una iniciativa que busca promocionar otras ciudades más allá de las capitales provinciales, para que alberguen reuniones del gabinete nacional, como las que ya se hicieron en Río Grande (Tierra del Fuego) y Chilecito (La Rioja).

«Yo elijo Formosa capital», dijo Insfrán a los funcionarios del Ministerio del Interior que encabeza Eduardo «Wado» de Pedro, que no pudieron disuadirlo de ceder el honor a otra ciudad, para cumplir de hecho con el espíritu de la convocatoria presidencial.

Cuentan desde un despacho bien informado de Balcarce 50 que a Insfrán lo imitó solo otro gobernador: el puntano y también ultrakirchnerista Alberto Rodríguez Saá, que a pesar de contar con ciudades que encajaban ampliamente en el perfil de la Casa Rosada y que podrían ser una interesante vidriera provincial (Mercedes y Merlo, por caso) también insistió en que su «capital alternativa» sea la propia ciudad de San Luis, ya recuperada hace un año para el peronismo puntano a través de Sergio Tamayo, un albertista con «amigos» radicales como Alejandro Cacace.

Cuentan desde la oposición puntana que propusieron a Mercedes como capital alternativa, pero que tampoco en este caso hubo contramarcha: «El Alberto» (va por su cuarto período al frente de la provincia) imitó a su par formoseño (Insfrán va por el séptimo consecutivo) y se quedó con la última palabra. «Son así, caudillos. Deciden ellos y listo», comentaba con amargura un funcionario con despacho en Balcarce 50, todavía incrédulo con el sutil desplante de dos de sus aliados más firmes.

Lousteau se relaja lavando platos mientras apuesta por Posse en la UCR

Conocido por su espíritu poco afecto a los formalismos de la política, Martín Lousteau es sin embargo «otro» en la intimidad del hogar que comparte con su esposa, la actriz Carla Peterson, y Gaspar, el pequeño hijo de ambos. En una entrevista televisiva, Peterson detalló que quien lava los platos en esa casa es el senador radical, un dato que el propio Lousteau reconoce en la intimidad. «Lavo los platos porque me relaja», cuenta divertido el exministro de Economía, que también reconoce la intervención de su esposa en la elección de la indumentaria (literalmente, lo obliga a comprar ropa nueva) y su cuidado.

Mientras se relaja puertas adentro de su hogar, Lousteau mantiene una no tan plácida apuesta política en la provincia de Buenos Aires, donde quiere ungir a Gustavo Posse, intendente de San Isidro, como presidente de la UCR bonaerense. «Gustavo sabe gestionar y hay que darles lugar a los que gestionan», lo elogia el senador en la intimidad. No es una apuesta sencilla: el rival de Posse, Maximiliano Abad, cosecha apoyos de varios «extrapartidarios notables» de Juntos por el Cambio, como María Eugenia Vidal, Elisa Carrió y, más recientemente, Horacio Rodríguez Larreta.

Bullrich-Cachanosky, el «dream team» de Macri para la elección porteña

Es un secreto a voces que Mauricio Macri no será candidato en las elecciones legislativas de este año. «A diferencia de otros políticos, Mauricio no necesita fueros y no está en sus planes volver al Congreso», repiten a modo de desafío desde las flamantes oficinas de Olivos que son hoy el búnker del expresidente. De todos modos, cerca de Macri aseguran que su intención es participar de la campaña e incidir en la elección de candidatos de Juntos por el Cambio con algunos de sus preferidos.

Además de Patricia Bullrich, que encabezaría la lista de diputados por la ciudad con un guiño de Horacio Rodríguez Larreta, Macri ve con buenos ojos a Roberto Cachanosky, el experimentado economista liberal, con quien se reunió varias veces en las últimas semanas. Y, más allá de que conversaron sobre economía y «las soluciones que el país necesita», cerca del expresidente creen que Bullrich-Cachanosky puede ser el «dream team» para la ciudad. Claro que antes deberán consensuar con Rodríguez Larreta, jefe del distrito e inclinado a aceptar a Bullrich, pero incidiendo él en el resto de los postulantes y haciendo equilibrio con sus socios de la UCR, la CC-ARI, de Elisa Carrió, y Confianza Pública, de Graciela Ocaña.

 

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