Luego de que el Presidente de la Cámara de Diputados Sergio Massa asegurara que hay que “permitirles cerrar bien a quienes terminan un ciclo”, el Gobierno prepara un anuncio con protocolos y un «semáforo epidemiológico».
Hubo presión de padres y de expertos. Reuniones entre los ministros de Educación y de salud con representantes de las 24 jurisdicciones. Y un pronunciamiento clave: el del presidente de la Cámara de Diputados de la Nación, Sergio Massa. Lo cierto que en las próximas horas quedará confirmada la vuelta a clase de los alumnos de sexto año y de sexto grado en todos aquellos distritos cuya realidad epidemiológica lo permita.
Tres días atrás, en un Zoom que mantuvo con dirigentes del Frente Renovador de todo el país, Massa pidió que los chicos que están en el último año de la primaria y de la secundaria vuelvan a clases de forma presencial para que puedan cerrar su ciclo lectivo. “Se debe armar un protocolo aprovechando los espacios de una escuela de muchos alumnos. Si se aborda solo a un grupo para que terminen y puedan cerrar bien su ciclo no debería ser un problema”, había dicho el tigrense. Y agregó: “Hay que permitirles cerrar bien a quienes terminan ciclo y pasan a una nueva etapa de su vida. Debiera de imponernos a todos hacer el esfuerzo”.
La posición de Massa, coincidente con la de diversos sectores del ámbito educativo, pareció prevalecer por sobre la de algunos sindicatos docentes, que insisten en que no están dadas las condiciones para ningún tipo de retorno.
En caso de concretarse, el regreso se dará luego de casi 7 meses de virtualidad y tras varias reuniones entre las autoridades educativas. En la última de ellas, llevada a cabo esta semana, el Ministerio de Educación Nacional presentó un protocolo que contempla la vuelta a las aulas a través de actividades “no escolares” -como lo son las enmarcadas en el “programa Acompañar”- donde los alumnos que perdieron el vínculo con la institución durante la pandemia y aquellos que terminen el sexto grado y sexto año realizarán actividades deportivas, artísticas y recreativas fuera de los establecimientos y sin presencia regular de docentes.
Además, se contempla la elaboración de un “indicador epidemiológico objetivo”, el cual evaluará, con una suerte de ‘semáforo’ los riesgos que podrían existir en ciudades de más de 500.000 habitantes ante una posible reanudación de la actividad presencial.
De esta manera, se calificará a las ciudades en riesgos “alto”, “moderado” y “bajo”, y los gobernadores podrán decidir si permitir o no las aperturas en base a las consideraciones que tengan sobre las provincias que administran.