El gabinete económico analiza distintas opciones para superar la crisis de reservas en el Banco Central.
Por Jaime Rosemberg para La Nación.
Hay que hacer algo rápido y conseguir U$S5000 millones. Yo bajaría las retenciones de la soja a 0 por un par de meses». La recomendación llegó, días atrás, a oídos del presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Massa, y del otro lado de la línea estaba-según fuentes inobjetables-Martín Redrado, extitular del Banco Central y uno de los economistas consultados por la primera plana del Gobierno en las frenéticas horas previas al anuncio oficial que, según se prevé, se efectivizará hoy con el objetivo de calmar la demanda de dólares y aliviar en algo la incertidumbre sobre el rumbo general de la economía.
La propuesta de bajar las retenciones a la soja de manera drástica para facilitar la liquidación de los agroexportadores, transmitida por Massa luego a lo más alto del poder, choca con los planes del ministro de Economía, Martín Guzmán, quien plantea una baja más moderada (de unos tres puntos, 33 a 30). Fue sólo una de las ideas que se barajaron en estas horas en los que la sangría de dólares de los bancos movilizó al Gobierno a intentar buscar soluciones. Además del campo, la otra puerta que tocó el presidente Alberto Fernández fue la de China: en su conversación virtual con el presidente Xi Jinping, el lunes, habría sobrevolado además la posibilidad de un préstamo del gigante asiático a la Argentina en la modalidad swap para mostrar liquidez en tiempo récord.
«Finalmente se dan cuenta de que el camino no es la presión cambiaria a través del supercepo, que les salió mal. No logran frenar la caída de las reservas», afirmó otro economista que en estos días recibió llamadas de funcionarios. El «diálogo» con los exportadores es clave, y hay quienes creen que el vínculo de la Casa Rosada y el Ministerio de Economía con Roberto Urquía, exsenador y empresario cordobés, dueño de la poderosa Aceitera General Deheza, debería «mejorar y mucho» para facilitar la liquidación de divisas del sector, mientras el ministro de Agricultura, Luis Basterra, es hoy por hoy el único contacto fluido de las entidades centrales del campo, más allá de las diferencias que los separan.
Más allá del hermetismo oficial-ayer y luego de tres horas de reunión, poco y nada se supo de las deliberaciones del gabinete económico, en Casa Rosada-distintos rumores de cambios circularon con fuerza.
¿Saldrá Miguel Angel Pesce del Central? «No creo que pase nada ahora en medio de la tormenta, y además es amigo del Presidente. Pero va a pagar un costo», coincidieron dos fuentes, una dentro y otra externa al Gobierno. «Hace falta unificar criterios: hicieron igual que (Mauricio) Macri, que puso cinco personas que pensaban distinto al mando de la economía», resumía otra fuente de consulta, que imaginaba la llegada de «un (Domingo) Cavallo o un (Roberto) Lavagna» para unificar en una sola cabeza el control de los factores económicos.
«El peronismo tiene espaldas para bancar todo esto. Nosotros, en la misma situación, ya no estaríamos en el poder», analizaba con crudeza y resignación ayer un preocupado e importante intendente opositor bonaerense.
«Los dólares van a venir del campo y de China», confirmaban por lo bajo ayer desde un despacho en Casa Rosada, donde se lamentaban por «errores propios» que llevaron a «dilapidar» el éxito del canje de deuda con los acreedores privados. «Igual, la economía está cayendo en todo el mundo. Acá no hay corrupción, y se trabaja día y noche para encontrar las soluciones», justificaban cerca del Presidente, horas antes de los anuncios previstos con el objetivo de comenzar a salir de la crisis monetaria y de confianza.