A través de un documento del equipo técnico, el organismo avaló la propuesta de reestructuración revisada por el Gobierno.
Por Liliana Franco para Ámbito.
En un hecho sin precedentes en la historia del Fondo Monetario Internacional, el organismo le dio nuevamente un fuerte respaldo a la propuesta presentada por la Argentina a los acreedores de deuda externa. En un documento emitido ayer en Washington, el equipo técnico del FMI consideró que la propuesta revisada de reestructuración de la deuda de las autoridades argentinas “sería consistente con el restablecimiento de la sostenibilidad de la deuda con alta probabilidad” y agregó que “existe solo un margen limitado para incrementar pagos a los acreedores privados y al mismo tiempo cumplir con los umbrales de deuda y servicio de la deuda estimados por el personal técnico del FMI”.
Junto con el anuncio del Fondo, ayer también se conoció la decisión del gobierno de prorrogar diez días, hasta el 12 de junio venidero, el plazo para la reestructuración de la deuda.
Tras este apoyo, en fuentes cercanas al FMI señalaron: “es difícil ver como una restructuración con una recuperación en valor presente neto de la deuda por encima del 50% (asumiendo una tasa de descuento del 10 por ciento) puede ser consistente con restaurar la sostenibilidad de la deuda.”
Cabe recordar que las contrapropuestas elevadas por los bonistas sitúan sus últimas demandas en el orden de los 53 dólares, aunque en algunos casos las aspiraciones son superiores. La última propuesta del Palacio de Hacienda, en tanto, se sitúa en torno de los 44/45 dólares.
“La actitud del Fondo es inédita” señalan en Wall Street al referirse al decidido apoyo del organismo a la Argentina. Su vocero, Gerry Rice, señaló en reiteradas oportunidades que la política de larga data del Fondo, no sólo para la Argentina, sino para con todos los países, es “no intervenir” en las conversaciones entre las naciones y sus acreedores.
No obstante, los analistas interpretan que el FMI “está tomando una posición a favor de la Argentina” al señalar que “existe solo un margen limitado” para mejorar la última oferta presentada por el Ministerio de Economía.
Cabe precisar que si bien el paper es de carácter técnico, es decir que no fue aprobado por el Directorio del FMI, en Washington se indica que “un documento de estas características no se difunde si no tiene el visto bueno de (Kristalina) Giorgieva”, la titular del organismo.
Estrategia
Durante todo el fin de semana, y en estricto hermetismo, el ministro de Economía, Martín Guzmán mantuvo numerosas conversaciones con los técnicos del Fondo. Ya, desde el domingo a la noche, se sabía que este lunes se emitiría el comunicado en apoyo a la posición Argentina.
En la Casa Rosada se señala que la actitud del Fondo es resultado de “una estrategia que el país ha seguido en el plano internacional en defensa de sus intereses”. Recuerdan que el presidente Alberto Fernández siempre tuvo una actitud negociadora, reconociendo la deuda del país, pero señalando al mismo tiempo que el pago de los compromisos externos no puede condicionar el crecimiento de la Argentina.
Como muestra de esta actitud conciliadora recuerdan que en la última reformulación de la propuesta argentina, conocida el 26 de mayo pasado, el ministro Martín Guzmán planteó a los acreedores un acortamiento del período de gracia, el pago de cupones caídos con un bono y una baja de la quita, con relación a su primera oferta.
El apoyo internacional tuvo un espaldarazo a principios de mayo cuando casi 160 miembros célebres de la academia suscribieron un documento de apoyo a la posición Argentina.
Entre los firmantes estuvieron el premio Nobel de economía, Edmund Phelps, Carmen Reinhart – luego designada economista jefe del Banco Mundial, Jeffrey Sachs, Thomas Piketty, Kenneth Rogoff y Ricardo Hausmann entre otros economistas notables. Fueron convocados por el premio Nobel de Economía y mentor del ministro Guzmán, Joseph Stiglitz
El documento defiende la propuesta de canje presentada por el Gobierno argentino y demanda «una solución responsable» a la reestructuración de la deuda local que siente «un precedente positivo» para el sistema financiero internacional en su conjunto.
A fines de mayo Stiglitz redobló su apoyo a la Argentina. En una nota consideró que el país “ha hecho una oferta a sus acreedores que está en los límites exteriores de lo que es sostenible”. Y advirtió que “Las luchas de la Argentina para reestructurar su deuda con Black Rock, Pacific Investment Management Co. y los otros acreedores importantes del país nos contarán mucho sobre la naturaleza del capitalismo financiero del siglo XXI”
Acorralados
Las primeras reacciones de los fondos de inversión acreedores del país fueron de “sorpresa y rechazo” según señalaron a Ámbito Financiero fuentes cercanas a los bonistas.
“La Argentina está jugando fuerte, le puede salir bien, pero debe tener en cuenta que el respaldo del Fondo significa que no podrá pasar determinado límite, de donde también condiciona su margen de negociación”, según analiza un especialista en deuda externa.
Sin embargo, la opinión predominante en el mercado es que un acuerdo no está lejano y que continúa el acercamiento entre los acreedores y el país. En este sentido, un elemento clave a tener en cuenta es que los tenedores actuales de la deuda soberana son fondos de inversión que, a diferencia de los fondos buitre, tiene su centro de atención en generar rentas y no litigios.
Cambios
A favor de la Argentina en esta estrategia también juega el cambio que se viene observando en las políticas del FMInternacional. Este organismo recibió severas críticas en 2002, tras el default de la deuda argentina, y mayores observaciones por su rol antes de la crisis financiera del año 2008.
Podría interpretarse que el Fondo tiene particular interés en la Argentina, ya que el país es uno de sus principales deudores. Sin embargo, esta información era válida antes de la explosión del coronavirus. Con la pandemia el organismo internacional ha multiplicado sus líneas de asistencia.
La magnitud de la deuda argentina en renegociación – 65.000 millones de dólares- es suficientemente importante como para sentar un precedente internacional.
El gobierno supo aprovechar esta circunstancia y como resultado de estas gestiones obtuvo un pronunciamiento técnico del organismo el 20 de marzo pasado en el que el Fondo planteó la necesidad de un “alivio sustancial” de los acreedores para que la deuda externa argentina sea sustentable.
En dicho documento se estimó que “el alivio en el servicio de la deuda en moneda extranjera necesario oscila entre 55.000 millones de dólares y 85.000 millones de dólares durante la próxima década”.
Sobre la base de este documento, las autoridades argentinas solicitaron que el personal técnico del organismo evalúe su propuesta revisada de reestructuración de la deuda del 26 de mayo.
El pronunciamiento de los técnicos ahora señala que “existe solo un margen limitado para incrementar los pagos a los acreedores privados y al mismo tiempo cumplir con los umbrales de deuda y servicio de la deuda y otras condiciones establecidas en la Nota Técnica de marzo”.