El ex ministro volvió a advertir al Gobierno y cuestionó el tipo de cambio de «flotación limpia».
El exministro de Economía Domingo Cavallo advirtió que una nueva crisis cambiaria «se llevaría puesto a todo el Gobierno», y sostuvo que la «flotación limpia» a la que adhiere el Banco Central «es una fuente de vulnerabilidad».
El economista señaló que «la adhesión casi dogmática a la flotación limpia, avalada por el FMI, es una fuente de vulnerabilidad ante una eventual crisis cambiaria, incluso mayor que la debilidad fiscal».
«Estoy seguro que a pesar de la invocación permanente a que adhieren a la flotación limpia, terminarán interviniendo cuando se dan circunstancias especiales», afirmó Cavallo, en una nueva nota de opinión publicada en su blog.
En ese texto -el segundo consecutivo que publicó esta semana- el exfuncionario consideró que el presidente del Banco Central, Guido Sandleris, «demuestra que prefiere intervenir muy poco, en línea con los límites cuantitativos que le impuso el FMI, para que, en realidad, todo este artificio de supuestas bandas cambiarias, no sea otra cosa que camuflar un sistema de flotación limpia».
«Por el momento, esta intervención muy limitada, que justifican diciendo que si no la limitan se expandiría demasiado la base monetaria y no cumplirían con la meta de mantenerla constante, es una muy mala señal para el futuro», alertó.
Y añadió: «significa que si en algún momento, por la razón que fuere, el tipo de cambio perforara el techo de la zona de no intervención, la venta de divisas del Banco Central estaría restringida cuantitativamente, tal como aparece comprometida ante el FMI».
Para Cavallo, en ese caso le pasaría a Sandleris «lo que le ocurrió a (Federico) Sturzenegger, que al intervenir de a puchitos y no fijarse un tipo de cambio como meta, terminó no pudiendo frenar la corrida cambiaria. Si eso ocurriera, ¿el único efecto sería la renuncia de Sandleris? Yo me temo que se llevaría puesto a todo el gobierno».
Por otra parte, el exministro afirmó que el Gobierno «piensa en la Argentina como una economía uni-monetaria, en la que el tipo de cambio es sólo relevante para el comercio internacional y los pagos internacionales, pero no juega ningún rol en determinar la tasa de inflación».
«Se piensa que la gente elige entre dinero y bienes, sin que en el medio aparezca la posibilidad de que la gente elija entre dinero local y dólares, o entre dólares y bienes», consideró.
A su criterio, «este es un craso error de apreciación de la realidad, que hace que nuestra economía siga siendo muy vulnerable a una corrida cambiaria. Probablemente aún más que lo que lo era en la época de Sturzenegger».