Muchos de los artistas que hoy se gozan de admiración y respeto a nivel mundial sufrieron rechazos más de una vez. Fracasos que hoy, mirados con el diario del lunes, parecen imposibles en las vidas de músicos y actores exitosos. Sin embargo, puestos a pensar más en detenimiento, podríamos decir que, sin esos rechazos, quizás hoy no serían quienes son en el imaginario popular. ¿Cuántas veces en tu mundo profesional o laboral sufriste algún rechazo? ¿Cuántas veces te dijeron que NO? ¿Qué hiciste con ese NO? ¿Qué vas a hacer con todos los NO que están por venir?
Si hablamos del género musical, algunos dicen que, así como el “Rey Elvis” fue rechazado y eso le dio más fuerza, todos los que aspiran al éxito deberían sentir el rechazo al menos una vez en la vida para curtir la piel frente al fracaso. Elvis. El 2 de octubre de 1954 Jimmy Denny, gerente del estudio de grabación donde se estaba haciendo una audición para el programa de radio Grand Ole Opry despidió al principiante Elvis Presley de forma terminante: “No vas a llegar a ninguna parte, hijo. Deberías volver a manejar un camión”. Por suerte el Rey no le hizo caso y siguió insistiendo, aunque quizás el mundo perdió un excelente camionero…Johnny Depp. Desde joven quiso ser una estrella, pero no precisamente en el mundo de la actuación. Se probaba en distintos trabajos como empleado de una estación de servicio, obrero de la construcción y mecánico automotor, pero estaba convencido de que lo suyo era la música y de que haría todo lo posible para llegar a lo más alto como estrella de rock. Influenciado por la música que escuchaba su hermano 10 años mayor, como Peter Frampton, Van Morrison y Bob Dylan, armó una banda: The Kids.
Lograron una mínima fama en Florida y llegaron a ser el grupo telonero de unjoven Iggy Pop, así que, a comienzos de los ochenta, decidieron levantar vuelo y rumbear hacia la ciudad del éxito: Los Ángeles. Pero en la ciudad californiana las cosas no resultaron como esperaban y el sueño de Johnny Depp de ser rockero quedó trunco.
Es por esa época que Johnny conoce a la hermana del bajista de The Kids que era maquilladora artística. Además de casarse con ella, la joven le presentó a Nicolas Cage quien le sugirió entrar al mundo del espectáculo por el lado de la actuación y no por el lado de la música. Y claramente, fue por ese lado que finalmente llegó. Según sus propias palabras, en una entrevista realizada por Glenn O’Brien, Johnny Depp asume que hizo sus primeros filmes por la necesidad que tenía de pagar las cuentas. La música seguía siendo su pasión, pero el punk pop que hacía con su banda no interesaba a ninguna discográfica.
La revancha musical llegaría en 2008. The Kids volvió a reunirse frente a 2500 personas en Florida dentro del marco de un festival de beneficencia llamado Sheila Witkin Memorial Reunion, en el que se presentaban y se reunían grupos que habían sido re- presentados por la exitosa manager Sheila Witkin. Entre otros gustos personales que Johnny Depp pudo darse a la vuelta del fracaso como músico fue tocar la guitarra junto a nada más ni nada menos que Paul McCartney.
En este juego de cruces curiosos, devolución de gentilezas y gustos personales, Paul McCartney aceptó formar parte del elenco que acompaña a Jack Sparrow (Johnny Depp) enPiratas del Caribe 5, sumándose a Keith Richards, que también fue parte de la serie cinematográfica como el capitán Teague, padre del protagonista en la ficción.
Tardó en llegarle la oportunidad, pero la tuvo. También el tiempo le permitió a Johnny “Sparrow” Depp darse un lujo único: Subir a los Rolling Stones y a Los Beatles al mismo barco (pirata). U2. La discográfica RSO Records se negó a producir el primer disco del grupo irlandés liderado por Bono, U2. Corría 1979 y el cantante recibió una carta con las razones de la negativa: “Querido señor P. Hewson (Bono). Gracias por enviar su cinta de U2 a RSO, la escuchamos con cuidadosa consideración, pero sentimos que no es adecuada para nosotros en este momento. Deseamos que tenga suerte en su futura carrera. Atentamente, Alexander Sinclair”.
Esa decisión empujó a los muchachos de U2 a buscar otras opciones, y un año más tarde, en 1980 los músicos irlandeses firman contrato con Island Records para lanzar al mercado su primer single promocional “Boy”. Una curiosidad de esta historia es que, en 1983, mientras la compañía RSO Records cerraba sus puertas para siempre, U2 presentaba War, el disco que señalaría el punto más alto de la banda hasta el momento y marcaría un antes y un después en la carrera del grupo musical. Madonna. Decidió dejar todo y mudarse a Nueva York para encontrar su destino en la música. Buscando cómo mantenerse mientras avanzaba en su búsqueda artística trabajó en muchas cadenas de comida rápida hasta que de a poco encontró en esa ciudad el mundo del punk rock. Presentó las grabaciones de sus canciones a la discográfica Media Sound. La respuesta fue una negativa porque la empresa consideró que su obra estaba inconclusa. Madonna, bautizada tiempo después como la “Reina del Pop”, no bajó los brazos y se mantuvo firme en su convicción. Siguió cantando y circulando con su material bajo el brazo, hasta llegar a Sire Records, una filial de Warner Bros. donde la escucharon y la contrataron para grabar dos sencillos.
Finalmente se editó solo uno, “Everybody”, que dio comienzo a su gran y exitosa carrera. Charles Chaplin. Durante las primeras décadas del siglo XX, Charles Chaplin había ganado fama mundial con su personaje “Charlot” o “Carlitos”, el vagabundo más famoso del cine de todos los tiempos. Tan famoso era el personaje de bastón, bombín, extraño andar y gran corazón que se organizaban concursos de “dobles de Chaplin” a lo largo de todo el mundo. Estos eventos llenaban circos y teatros en pequeñas y grandes ciudades. De viaje por los Estados Unidos, Charles se enteró de que uno de estos eventos se iba a hacer en San Francisco. Como se encontraba bastante cerca y la curiosidad de lo que pasaría allí con su personaje era grande, decidió entremezclarse con los participantes y presentarse como un concursante más. Cuando llegó su turno, hizo su presentación de Carlitos. El jurado dio su veredicto: pulgares abajo. No solo no alcanzó la final del concurso, sino que le dieron la menor puntuación de su ronda por no saber caminar con la gracia del vagabundo y no poder manejar el bastón como él. Quedó instantáneamente descalificado. El gran cómico del cine mudo había fracasado en la imitación de sí mismo.
Los Beatles. Después de tratar de conseguir una audición con alguna casa musical de renombre como Columbia o Philips Records y no poder lograr ni un encuentro, Brian Epstein, mánager de la joven banda de los muchachos de Liverpool, logró una pequeña oportunidad. Dick Rowe, ejecutivo de Decca Records, envió a un asistente a escucharlos en vivo y luego les ofreció una audición para veinte días más tarde. Finalmente, después de escuchar el material, justificó la decisión de rechazarlo por el sonido de la guitarra eléctrica, que según les hizo saber, para él: “El instrumento iba en decadencia y rumbo a desaparecer”. El visionario ejecutivo aconsejó al manager que se olvidara de Los Beatles y se dedicara a discos de otras bandas: “Los Beatles no tienen futuro en el negocio de la música”, dijo. Fue el mismo Dick Rowe que gracias a la sugerencia de uno de los de Liverpool no tropezaría dos veces con la misma sordera musical. George Harrison le recomendó al ejecutivo de Decca Records una nueva banda. Fue así que Rowe decidió incluir en su catá- logo a los Rolling Stones, previniendo de este modo que el sello cometiera por segunda vez un error de tan alto calibre. Cuenta el magnífico Fred Astaire, en una entrevista del año 1980 que hizo para el programa20/20 de la cadena ABC, que en los años treinta al término de un casting, le entregaron el informe de su performance: “No sabe actuar.
Ligeramente calvo. También baila”. El mismo Astaire diría que esa prueba fue para él decepcionante. En una libreta de la productora cinematográfica RKO Pictures de 1933, David O. Selznick, quien finalmente contrataría a Fred, describió esa prueba como “espantosa”. De todas maneras, remitiéndonos a la irrefutable prueba de la historia, estas descripciones parecen no haber sido suficiente razón ni para que se desanimara la estrella ni para que el estudio le cerrara las puertas.
A partir de los años 30, junto a Ginger Rogers rodaron para RKO Pictures diez películas: Flying Down to Rio (1933), The Gay Divorce (1934), Top Hat (1935), Roberta (1935), Follow the Fleet(1936), Swing Time (1936), A Damsel in Distress (1937), Shall We Dance? (1937), Carefree(1938) y The Sky’s the Limit (1943). Jerry Seinfeld. Antes de convertirse en el comediante que hoy es, Seinfeld tenía un papel en una serie llamada Benson. Los productores no estaban contentos con la forma en la que Jerry encaraba su personaje, y al tercer episodio quedó fuera de la historia. Pero nadie se molestó siquiera en informarle la decisión. Se enteró días después cuando fue a buscar su papel en el guion y vio que ya no figuraba. Eso no detuvo su carrera, que recién arrancaba.
Tiempo después, Jerry presentó un proyecto para televisión que iba a ser una sátira documental de una hora y media en el que personificaría a un comediante de stand-up cuyos chistes estarían directamente conectados con sucesos de su vida diaria. Pero los directivos de la cadena NBC vieron algo más en el libro que presentó, y decidieron cambiarle el formato para emitir una serie por capítulos. Así fue que nació la exitosísima sitcom Seinfeld, aunque ese no fue el nombre pro- puesto por sus creadores. Ellos querían que se llamase The Seinfeld Chronicles pero en esa época ya había una serie televisiva con un nombre parecido, The Marshall Chronicles, que, dicho sea de paso, fue un fracaso total.
Burt Reynolds. El aclamado actor era el hijo del jefe de policía de Lansing, un pequeño pueblo del estado de Michigan. De joven se destacaba jugando al fútbol americano, razón por la que logró conseguir una beca para la Universidad de Florida y hasta llegó a jugar en la liga profesional.
Lamentablemente su carrera deportiva se vio interrumpida por un accidente automovilístico. Una lesión en una de sus rodillas lo obligaría a alejarse del sueño de estar entre los más grandes de su amado deporte. Fue entoncescuando, abatido por lo que parecía ser un obstáculo insalvable, se convenció de que sería un buen oficial de policía y empezó a estudiar para llegar a serlo, pero en medio de su estudio comenzó a desarrollar dotes para la actuación.
Al buscar un lugar en los escenarios dejó su ciudad natal y se dirigió a Nueva York. En un comienzo solo consiguió trabajo como empleado de lavandería, pero con sus dotes y un golpe de suerte su historia cambiaría para siempre. ¿Qué hubiera pasado sin aquel accidente? ¿Sin aquel fracaso en el deporte? Harrison Ford. Ejecutivos de la industria del cine le dijeron que no tenía lo que se necesitaba para ser una estrella de Hollywood. Se presentó a muchas audiciones, pero no logró tener éxito. Su fracaso era infalible: lo rechazaban en cuanto casting se presentaba.
Finalmente recibió una propuesta de Columbia Pictures para hacer algunas apariciones en programas de televisión. Firmó un contrato por 150 dólares semanales. Acto seguido logró papeles menores en películas en las que ni aparecía en los créditos. Ford comenzó a demostrar su descontento al estudio y entonces, Columbia Pictures decidió poner fin a su vínculo laboral y romper el contrato con el argumento de que al actor le faltaba carisma y criticaba constantemente los guiones que le ofrecían. Decepcionado, Harrison Ford decidió dejar de lado la actuación para dedicarse a la carpintería. Fue ejerciendo esa actividad que conoció a George Lucas. En sus charlas surgió el paso de Ford por la actuación y Lucas lo animó a que volviera a intentarlo. Fue así que el actor consiguió un papel en American Graffiti. Más tarde, George Lucas lo convocaría para ser Han Solo en Star Wars. A todas estas estrellas les dijeron alguna vez NO. Vos, ¿qué vas a hacer con esos NO que te dijeron y con esos tantos que llegarán? Desactivemos los NO. Transformémoslos en SI. Hablemos.
Por Demian Sterman