El perito Enrique Prueger analizó la autopsia oficial y puso en duda que el artesano haya estado sumergido 78 días en el Río Chubut.
A casi un año de la desaparición y muerte de Santiago Maldonado durante un operativo de Gendarmería a orillas del río Chubut, un nuevo análisis sobre la autopsia volvió a traer polémica al caso.
El criminalista Enrique Prueger analizó las conclusiones de la pericia y aseguró que el artesano no estuvo 78 días sumergido. Por lo tanto, consideró que fue «plantado por alguien» desde unas horas a unos diez días antes de su aparición el 17 de octubre de 2017.
«Hay dos posibilidades: una terrible y la otra siniestra: o Maldonado murió ahogado y su cuerpo fue escondido en algún lugar antes de ser arrojado al río para que se lo descubriera o Santiago fue apresado, escondido (si había sido golpeado tal vez para esperar que sus golpes desaparecieran) y luego ahogado y colocado en ese lugar», analiza Prueger en su hipótesis.
Para el especialista se ignoró el punto 10 del informe, en el que la bióloga y palinóloga Leticia Povilauskas detalla el tiempo que pudo perdurar el polen hallado en la ropa de Santiago.
«Bajo ningún punto de vista los granos de polen encontrados en las muestras peritadas, puedan permanecer adheridos a las prendas anteriormente citadas, sumergidas en el lugar del hecho descripto por un período de tiempo prolongado», señala el texto.
La autopsia a Maldonado aseguraba que el tatuador falleció por ahogamiento coadyuvado por hipotermia, pero nunca definió el tiempo que Santiago permaneció muerto bajo el agua.
Según Prueger, los peritos «ignoraron a sabiendas» ese análisis incluido en la autopsia, pues «echaba por tierra la data prolongada de la muerte y no podía superar los 30 días y más aún obtuvieron huellas dactilares y cualquier autor, aun los antiguos de la década del 20 del siglo pasado, expresan que el guantelete se sale en un máximo de 20 días. Estos dos argumentos eran infranqueables para los peritos, pues no podían concluir nunca con una data de más de 70 días».
Para sostener esta conclusión, el forense sumergió un trozo de carne de casi un kilo en el mismo lugar donde fue encontrado el cuerpo de Santiago Maldonado.
La carne se levantaba cada semana, se pesaba y se volvía a colocar en el mismo lugar, para verificar cuál era la tasa de degradación producto de la fauna. La acción sobre el trozo del animal, según el especialista, «fue producida no solo por la descomposición en el agua sino también por la acción de la fauna del lugar, nutrias, hurones, peces y cangrejos que literalmente la devoraron».
«El cuerpo de Santiago Maldonado, que se dice estuvo en el agua durante 78 días, tenía las papilas de los dedos de las manos y en condiciones por haber sido identificado mediante el procedimiento respectivo, los tatuajes en la espalda se podían distinguir y presentaba apenas algunos mordiscos de fauna, como si ese cuerpo hubiera permanecido en el agua pocos días. El experimento que hicimos revela que es imposible que el cuerpo haya podido permanecer allí sin experimentar una descomposición y ataque de la fauna presente en el lugar», concluyó Prueger.
«La autopsia determina el inicio de la causa, no el final. El río tenía 30 centímetros de agua, cómo fue que Santiago se ahogó, por qué si pasaron los buzos siete veces antes por el mismo lugar, recién lo ven el 17 de octubre y no explican por qué antes no lo vieron. Hay muchas preguntas sobre qué pasó el 1º de agosto, con la represión de Gendarmería y la orden del juez Guido Otranto», sostuvo Verónica Heredia, abogada de la familia Maldonado.