«Pedimos el diálogo y la construcción de consensos como el único camino para la convivencia en la amistad social así como para la aprobación de leyes importantes que afectan al conjunto de la población, especialmente a los más pobres y frágiles» manifestaron en un comunicado los obispos.
El presidente Mauricio Macri recibió hoy a la nueva conducción de la Conferencia Episcopal Argentina, que encabeza el monseñor Oscar Ojea. En el marco de una audiencia celebrada en la Casa Rosada el Jefe del Estado y los obispos tuvieron una charla en la que acordaron continuar trabajando en la profundización del diálogo, la generación de consenso y la paz social. Los obispos plantearon sus preocupaciones por distintos temas vinculados con la agenda social y el Presidente respondió a sus inquietudes. El tema central fue la situación de los jubilados, con el foco en la magnitud de los hechos de violencia registrados y la característica de la respuesta de las fuerzas de seguridad.
Asimismo, le manifestaron la necesidad de que en esta coyuntura económica, el mayor esfuerzo lo realicen los que más tienen. También reafirmaron la necesidad de continuar el camino del diálogo, en el marco de las instituciones democráticas y de asociaciones representativas de la sociedad civil y comunidades religiosas.
Macri estuvo acompañado por el jefe de Gabinete, Marcos Peña, y los ministros de Relaciones Exteriores, Jorge Faurie; de Desarrollo Social, Carolina Stanley, y de Trabajo, Jorge Triaca. También participaron los secretarios de Coordinación Interministerial de la Jefatura de Gabinete, Mario Quintana; de Asuntos Estratégicos, Fulvio Pompeo; de Culto, Santiago de Estrada; y el subsecretario del área, Alfredo Abriani.
Por otro lado, la Conferencia Episcopal Argentina se expresó en un comunicado público sobre los hechos de violencia acontecidos ayer en el centro porteño: «No tenemos palabras para expresar el dolor y la tristeza que nos conmueven esta tarde después de lo vivido en ocasión del comienzo del tratamiento de la reforma previsional. Ninguna forma de violencia puede aceptarse. Como pastores de este pueblo, una vez más pedimos el diálogo y la consiguiente construcción de consensos como el único camino para la convivencia en la amistad social así como para la aprobación de leyes importantes que afectan al conjunto de la población, especialmente a los más pobres y frágiles».