Con esta norma todos los argentinos son donantes de órganos salvo que se hayan opuesto en vida y se elimina la necesidad de que los familiares den su consentimiento.
En una emotiva sesión, la Cámara de Diputados sancionó por unanimidad el proyecto de “ley Justina”. A partir de su reglamentación, todas las personas pasarán a ser donantes de órganos, salvo que hubieran expresado su voluntad contraria. La ley fue sancionada por 202 votos a favor, sin abstenciones.
La ley adoptó el nombre de Justina Lo Cane, la nena de 12 años que falleció el año pasado por no recibir un trasplante de corazón a tiempo. Los padres de Justina, Ezequiel y Paola, junto con sus hermanos y abuelos, siguieron la votación junto al senador Juan Carlos Marino, autor del proyecto.
La nueva ley regula las actividades vinculadas a la obtención y utilización de órganos, tejidos y células de origen humano en la Argentina.
Además, prevé que los establecimientos de salud que estén habilitados para hacer trasplantes cuenten con servicios destinados a la donación, que permitirán detectar, evaluar y tratar al donante.
Hubo varios discursos emotivos, entre los que se destaca el del peronista Pablo Kosiner, que perdió a su hijo por motivos similares: “A veces en política no es recomendable autorreferenciarse. Pero en este caso es para esclarecer. Los que hemos perdido un hijo solemos hablar en presente, esta ley podría denominarse también ley Juan Pablo, perdí a Juan Pablo en 2011 esperando en el Hospital Italiano un trasplante. Nunca imaginé que las circunstancias de la vida me iban a llevar a esta situación. El desafío de esta ley es la presunción de donación.”, detalló el diputado salteño.
“Hoy estamos cumpliendo el mandato popular de votar leyes para que mejoren la calidad de vida de los argentinos”, detalló el legislador oficialista Daniel Lipovetzky, que compartió internación de su hijo junto a Justina.