Milei acelera su plan económico con la mira puesta en octubre y la inflación en baja

Los informes de la inflación de las primeras dos semanas de junio dan cuenta que la velocidad de los aumentos de precios sufrió una fuerte frenada.


Los informes de la inflación de las primeras dos semanas de junio dan cuenta que la velocidad de los aumentos de precios sufrió una fuerte frenada.

La falta de una recomposición salarial, demorada ahora por una notable suba del desempleo, está bloqueando cualquier posibilidad de remarcaciones de precios tal como venía sucediendo en los últimos meses, ya sea por una expectativa de una potencial devaluación del peso como de una eventual cesación de pagos con el exterior.

Ninguno de los dos argumentos resultó válido y ahora los agentes económicos comienzan a darse cuenta que si no ajustan los costos y no achican los márgenes de utilidades, la caída en las ventas será tan aguda que dejará a miles de comercios y empresas con un nivel de facturación paupérrimo.

Ante un posible escenario de estas características, muchas empresas van entendiendo que el gobierno va ganando la pulseada con la inflación y que se va acercando a un escenario de normalización de precios.

En sordinas, la Casa Rosada se planteó el objetivo de llegar a octubre con un índice de precios en torno del 0,5%.

«La gente debe ir a votar con medio punto de inflación mensual y con la economía en franca recuperación. Con esos dos puntos, ganamos las elecciones legislativas», se escuchó la semana pasada en algunos despachos oficiales.

Si bien el optimismo está inundando al oficialismo, la cautela casi obsesiva del Presidente Milei continúa guiando el accionar del gobierno.

Milei comenzó a pedir un seguimiento más minucioso de los planes de gestión en todos los ministerios.
El Presidente quiere que en octubre la gente perciba que la economía se puso en marcha. Para ello, ordenó apurar los llamados a licitación para la concesión de casi 9.000 kilómetros de la red vial, en un claro intento por retomar la iniciativa.

Es cierto que en los últimos meses, cuando se debatía la salud financiera del programa económico y se demoraba el acuerdo con el FMI y otros organismos, toda la atención del Ejecutivo se centraba en esa negociación y se dejaron de lado otros asuntos que podrían dinamizar la economía real, como es el caso de las concesiones viales.

Ahora Milei busca dinamizar esas obras que contarán con 100% de financiación e inversión privada mediante su recupero a través del sistema de peajes.
Se trata de obras que habían sido abandonadas tras la gestión de Los Fernández y que quedaron virtualmente en ruinas.

Un ejemplo claro del desastre vial es el estado de la autovía de la Ruta 14, la ruta del Mercosur, cuya concesión caducó hace dos meses y que se encuentra en un estado ruinoso en varios tramos de su trazado.

Lo mismo ocurre con los puentes de Zárate-Brazo Largo y el que une Rosario y Victoria, ambos sobre el río Paraná.

Ahora, el gobierno quiere desregular las concesiones para que el capital privado pueda participar activamente en la construcción, financiamiento y operación de gasoductos troncales y líneas de alta tensión que permitan aprovechar tanto el gas de Vaca Muerta como los excedentes de las represas hídricas y mejorar la oferta energética.

Todo ello con el objetivo puesto en octubre, para derrotar y enterrar al kirchnerismo y reforzar sus argumentos para los dos años de gestión que le quedan por delante.

Con la nave insignia que derrotó a la inflación, el oficialismo busca instalarse como una opción duradera.

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