El organismo internacional que se ocupa de enfrentar el lavado de dinero, el GAFI, rebajaría la calificación de nuestro país y lo colocaría en la “lista gris”.
Por Marcelo Bonelli para Clarín
El GAFI, influyente organismo internacional del G7 contra el lavado de dinero, sancionará a la Argentina. Las autoridades del Grupo de Acción Financiera Internacional se encaminan a rebajar de categoría a nuestro país: pondría la economía y el sistema bancario en la temible “lista gris”.
La medida se adoptaría porque Argentina no cumple con mínimas condiciones internacionales para combatir el lavado de dinero y tampoco el financiamiento ilegal a actividades delictivas. Entre ellas, el terrorismo.
La resolución es inminente. El borrador de la sanción ya está redactado y ahora faltan pasos burocráticos a cumplir. Las autoridades argentinas harán una presentación de último momento la semana próxima. Sería entre el domingo y el martes.
La preparación estaría a cargo de trío Mariano Cúneo Libarona, Santiago Bausili e Ignacio Yacobucci, titular de la UIF. Un “face to face” clave para rebatir las imputaciones del GAFI. Esas críticas están en un explosivo documento. Ahí se habla de la endeblez que existe para combatir el lavado de dinero, la corrupción bancaria, la evasión fiscal y el terrorismo.
En caso de no aprobar el examen, el GAFI dispondrá la sanción a la Argentina en octubre. Así, el país compartiría una lista con 22 indeseables financieros. Entre otros: Venezuela, el Congo, Tanzania y Haití.
En la nómina está la coqueta Mónaco. Un antro sofisticado -y con glamour- para el lavado de dinero en Europa. El “memo” no hace mención directa al “blanqueo” de Luis Caputo. Pero esa decisión fue decisiva y otro balde de agua helada. Tampoco ayudó la desafortunada frase de Javier Milei: “el que fuga es un héroe”. Encima, los máximos empresarios la festejaron.
El GAFI fue creado por las potencias del G7. Su decisión es un golpazo a las arduas tareas para conseguir crédito. Ahora, todo se pondrá más duro y se complica el acceso al crédito para la Casa Rosada.
La noticia no es buena. Ocurre cuando el ansioso “Toto” busca dinero fresco para paliar las reservas. Existe mucha “opacidad” sobre los datos. Pero los informes secretos de banqueros concluyen: hasta ahora, el BCRA perdió U$S 580 millones, por la política de intervención cambiaria.
Encima, Caputo no logró su objetivo central: perforar el valor del dólar financiero.
Los dos -“Toto” y Bausili- guardan esa cotización deseada en secreto. Ese misterio tiene una explicación: ambos buscan que el contado con Liqui se desplome y que cueste solo 1.100 pesos. Ya gastaron muchas reservas y la meta no se alcanza.
La decisión del GAFI va a complicar el préstamo Repo. La colocación con garantía de bonos esta en penumbras: con el actual valor de los bonos debería aceptar una tasa cercana al 20%. “Toto” sabe – ya lo vivió y fue un calvario – que eso lo conduce directo a Comodoro Py.
La rentabilidad sería tan jugosa que existen varias ofertas: JP Morgan, Bank of America, HSBC y Goldman Sachs. El miércoles el Council of the Americas está en Buenos Aires. El ministro – para evitar una denuncia penal – pretende abonar una tasa máxima del 9%. Dicen que tendría una única opción: hacer una transacción y prendar el oro del BCRA. Un jugada políticamente peligrosa.
En las últimas semanas -desde que Caputo confirmó el anticipo de Clarín sobre el oro- el intrépido Fondo Burford estaría husmeando para exigir un embargo. El oro está en el Banco de Inglaterra.
Así el Plan Caputo tendría un nombre: “esperando a Trump”. Ganar tiempo hasta la elección de EE.UU. y ver si Trump lo salva.
El borrador del documento del GAFI hace una imputación: “en Argentina son bajas las condenas por corrupción”. Por eso fue una bomba el fallo de la Cámara Electoral vinculada al escándalo de los “cuadernos”.
Se trató de un Exocet contra los jueces de la Cámara de Casación que beneficiaron a Angelo Calcaterra aduciendo que la coima era un aporte a la campaña a Cristina. La Cámara Electoral retrucó: “no surge constancia alguna del supuesto aporte para la campaña”. Los jueces de Casación quedaron en off-side.
LA BOMBA NEUTRÓNICA
Mientras tanto, Alberto Fernández puso en jaque al peronismo. Los daños políticos de su agresión física a Fabiola Yañez aún se desconocen. Se trata de una “bomba neutrónica” y eso se refleja en la desorientación de los dirigentes.
La propia declaración de La Cámpora es insólita. La incorporación de Cristina como víctima de Alberto intenta liberarla de su responsabilidad: fue Cristina quien lo eligió a dedo y es también responsable del desastroso gobierno de Alberto. Era su Vice. Entre ambos la pelea era constante y violenta. Ella lo trataba de “pelotudo” y hacía alusiones a sus fiestas nocturnas en Olivos. Cristina repetía: “nunca pensé que Alberto fuera tan pelotudo”. Alberto contraatacaba: “Cristina está psiquiátrica, es una loca”.
Alberto hizo un pésimo gobierno. Pero encima quebró los limites: habría ejercido violencia de género. La relación de pareja con Fabiola siempre fue ficticia. La fiesta de Olivos generó un quiebre y a partir de 12 de agosto del 2021 – día en que se conoció – el destrato fue constante. Alberto solía hacer “celebraciones” hasta el alba con otras mujeres y Fabiola estaba encerrada en la Casa de Huéspedes. Lo sabían todos en la Rosada.
En el caliente teléfono de María Cantero existen constancias de disputas. Ya el 15 de octubre del 2020, la secretaria enviaba un chat haciendo referencia a las peleas. Fabiola no declaró el 28 de junio, porque se desbordó. La tuvieron que internar.
Uno de los chat que encontró Julián Ercolini se refería a lo siguiente: un texto y foto reenviado por Fabiola a Cantero, sobre una conversación que tuvo con Alberto. La foto la mostraba golpeada en su rostro y el texto dirigido a Alberto decía: “mirá cómo me dejaste. Es la tercera vez que me dejás así”. Alberto, sórdido, respondió: “estoy pasando por un mal momento”.
El cinismo aumentó esta semana. Está confirmado que el ex presidente amenazó a su ex mujer: “si vos me denunciás, yo me suicido”. El escándalo – recién comienza – favorece a Javier Milei. El ajuste sigue atroz y la oposición no existe. El “cepo” amortiguó el impacto de la crisis internacional. Caputo lo festejó en una reunión del equipo económico. Hubo otro dato: Marco Lavagna anticipó que la inflación será de entre el 3,6 y el 3,8%.
Milei en Olivos volvió a maldecir a sus detractores: “Yo tenía razón. Son todos unos libertarados”. El “León” insistió: son “estúpidos seriales. Sin cepo, hubiera caído el gobierno”. En esa línea está Toto y su equipo: el ministro tiene un odio creciente contra los economistas y también los periodistas. El vice del BCRA lo transmitió en una reunión privada con un selecto grupo de economistas. Fue en el BCRA y después de su fracasado paso por Wall Street. Los invitados se sorprendieron. Ivan Werning estaba sacado y acusaba: “ustedes nos toman por idiotas”. Y los increpó: “sus proyecciones son horribles y malas”.
Mauricio Macri habló de estos temas con “Javo”. Ambos se midieron. Macri revindico su experiencia y un eventual aporte de sus funcionarios: “Ya conocemos a los Orcos. Haber estado, nos da hándicap”.
Macri cuestionó el destrato de Milei hacia los medios. Pero Javo insistió: “los periodistas mienten y tienen mala fe”. Mauricio contragolpeó: “Acordate que me banqué las cosas que me decían en Intratables, donde vos eras panelista”.
Milei se incomodó y trató de salvar su propia ropa: “Pero yo ahí te defendía”.