Así lo establece el último parte oficial de la policía de la Ciudad. Más de 160 pacientes debieron recibir atención médica, producto de la violenta jornada que se vivió ayer en las afueras del Palacio Legislativo y la 9 de Julio, mientras se votaba la reforma previsional que finalmente esta mañana se convirtió en ley.
Con la sesión iniciada, un grupo de manifestantes que se acercó al Congreso para protestar contra la reforma previsional que impulsó el Gobierno, derribó unas vallas, tiró piedras, botellas y bombas molotov contra el cordón policial. Tras un breve cuarto intermedio, pasadas las 15 horas, la protesta comenzó a trasladarse a la avenida 9 de Julio y los ataques se agudizaron.
Según reportó la policía de la Ciudad, unas 162 personas debieron recibir asistencia médica. De ese número, fueron 88 los policías heridos. Por otro lado, en el marco del operativo policial en los alrededores del Congreso Nacional y sobre la Avenida 9 de Julio, arrestaron a 60 manifestantes.
Los jóvenes formaron barricadas mientras seguían arrojando todos tipo de objetos a la Policía que, con el correr de los minutos, logró desplazarlos hasta más de la mitad de la plaza, en dirección a avenida de Mayo. Sin embargo, las refriegas continuaron, toda vez que el grupo logró reamarse y volver a arrojar piedras.
La violencia también llegó a los periodistas: varios de los cronistas que se encontraban trabajando en la zona fueron brutalmente atacados durante la jornada. El caso más emblemático fue el de Julio Bazán, de TN, quien fue salvajemente agredido con golpes, patadas y piedrazos. Se encuentra internado en observación ya que lo debieron suturar por una herida en la cabeza.
