El sector espera señales concretas para realizar las inversiones necesarias y mantener a la economía en funcionamiento.
Luego de la serie de feriados largos iniciados desde los Carnavales hasta el pasado por el Día del Trabajador, la economía argentina parece acercarse al inicio de un año signado por la lucha contra la inflación y las elecciones de medio término.
El gobierno deberá comenzar a dar señales concretas para que los agentes puedan realizar las inversiones necesarias y mantener a la economía en funcionamiento.
El principal escollo que las autoridades deberán atender es la amplia brecha entre los precios y los salarios.
Ninguna economía puede funcionar con precios del Primer Mundo y salarios del inframundo. En algún momento, ambas magnitudes deberán converger para reactivar la demanda global, y esto debe conseguirse no con aumentos nominales sino con un descenso de precios e impuestos, ya que de lo contrario, la inflación permanecerá excesivamente elevada.
El propio Presidente Javier Milei afirmó días atrás que llegó el tiempo de que los hombres de negocios comiencen a evaluar y a arriesgar en función de tasas de retorno más razonables, porque el gobierno no va a cejar en su empeño de luchar contra la inflación y va a mantener a rajatabla la disciplina fiscal y monetaria.
La pregunta que toda la comunidad financiera se hace es si esa disciplina pasa sólo por ajustar los ingresos manteniendo altas alícuotas impositivas, mientras que los gastos se mantienen o aumentan.
«¿Dónde quedó la motosierra?», se preguntan en los principales sectores del empresariado.
«Hasta ahora, parece que sólo el cierre de Télam es el único factor de disminución del gasto, como si Télam fuera la principal causa del déficit fiscal cuando apenas es un elemento menor», reflexionó un encumbrado hombre de negocios.
El malestar empresarial se empieza a notar, aunque aún no genera fastidio. Para los empresarios, la política de desregulaciones y el llamado al sector privado para participar en nuevos proyectos de infraestructura marcha muy lenta.
En muchos sectores empresariales comienzan a notar que el «distinto» Milei comenzó a caer en las mismas debilidades que la casta política, y a medida que se acercan las elecciones, la trama política opaca a la economía.
Los hombres de negocios temen que el buen clima generado por la salida parcial del cepo y el acuerdo con el FMI se esfume y se diluya debajo del «Efecto Octubre».
En otras palabras, que las rencillas políticas posterguen el buen momento económico que se percibe ante la llegada de dólares del comercio exterior, y eso termine dejando de lado lo importante.
Tanto el gobierno como los empresarios saben que este momento es único:
Primero, para poder derrotar definitivamente la inflación.
Segundo, para dejar atrás lo que queda del cepo, permitir que el tipo de cambio flote libremente y que el flujo de divisas sea intenso. De hecho, el ex ministro Domingo Cavallo se pronunció a favor de que el BCRA pueda adquirir más divisas antes de que el rango inferior de la banda cambiaria alcance el nivel mínimo.
Tercero, para que, en la medida en que se dinamicen las inversiones, la economía comience un período de prosperidad.
El Efecto Octubre también preocupa en el exterior. Analistas y asesores económicos de Wall Street y Washington están convencidos de que esta es una oportunidad inmejorable para que el gobierno dé señales claras de que la política no va a empañar el buen clima económico.
La fila de inversores que buscan desembarcar en Argentina es cada vez más larga: desde quienes aprovechan los beneficios del RIGI, hasta quienes apuestan por negocios más modestos. Notan que las condiciones son inmejorables y que una pequeña señal del gobierno podría generar un clima óptimo para sus inversiones.
Hay una convicción generalizada entre los inversores: sólo con disciplina fiscal y monetaria no alcanza. Si bien son condiciones necesarias, hay decisiones que no cuestan ni un centavo y que podrían disparar una corriente de inversiones, asegurando mejores y mayores empleos.
Aunque son conscientes de que un triunfo del oficialismo en octubre es necesario, están convencidos de que el gobierno deberá liberar las trabas para nuevos negocios y asegurar un mejor clima social.