Se trata de María Jesús Alonso Jiménez, quien por orden del Gobierno español abandonó el país anoche en un vuelo a Madrid.
La embajadora de España en la Argentina, María Jesús Alonso Jiménez, abandonó el país anoche por orden del Gobierno español por la fuerte disputa diplomática que se disparó tras los agravios del presidente Javier Milei contra la esposa del mandatario Pedro Sánchez.
La diplomática respondió a las instrucciones de José Manuel Albares Bueno, ministro de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación de España, que ayer en diálogo con la prensa informó que la había llamado a consultas «consulta sine die».
Alonso Jiménez partió pasadas las 21 hs. del domingo desde el Aeropuerto de Ezeiza, a bordo de un vuelo de Iberia, con destino a Madrid y aterrizó en la capital española alrededor de las 14 (hora de ese país).
La representante del Gobierno español en Buenos Aires permanecerá allí a la espera de nuevas ordenes hasta tanto se destraben las conversaciones diplomáticas entre ambas naciones.
El exabrupto de Milei sobre la esposa de Pedro Sánchez: el detonante del conflicto diplomático
El presidente argentino participó de la cumbre de partidos políticos de derecha organizada por el Vox, en España, donde lanzó filosas críticas contra las ideas de izquierda y, en particular, contra el Gobierno que encabeza Pedro Sánchez.
«No saben qué tipo de sociedad y país pueden producir y qué calaña de gente atornillada al poder y qué niveles de abuso puede llegar a generar, aun cuando tenga la mujer corrupta, ensucia y se tome cinco días para pensarlo», arrojó el libertario durante el evento Viva 24.
El propio Pedro Sánchez recogió el guante y respondió: «Soy consciente de que quien habló ayer no lo hizo en nombre del gran pueblo argentino. España y Argentina son dos países hermanos, cuyos pueblos se quieren y respetan. Entre los gobiernos los afectos son libres, pero el respeto es irrenunciable».
En esa línea, el mandatario español salió a exigir un pedido de «disculpas» y una «rectificación» por parte de Milei, algo a lo que el Gobierno nacional se opuso y, en cambio, pidió que sea el Gobierno de España quien se lamente por los ataques de algunos de sus funcionarios contra el jefe de Estado de Argentina.
