Su llegada aparece como la necesidad de conservar el equilibrio interno en el Frente de Todos.
Por Jaime Rosemberg para La Nación.
Horas después de despedir de su puesto al titular de Anses, Alejandro Vanoli , el presidente Alberto Fernández designó rápidamente a su reemplazante: María Fernanda Raverta, cercana a la vicepresidenta Cristina Kirchner y a quien el Presidente considera «la mejor funcionaria» actual del gobierno bonaerense que encabeza Axel Kicillof.
«Será ella porque la eligió el Presidente. Desde que la conoció, siempre la ponderó. Piensa que es la mejor funcionaria que tiene Axel», afirmaron a La Nación muy cerca del Presidente, quien ya ayer tenía decidido que Raverta, y no otros candidatos que circularon como el intendente de Hurlingham, Juan Zabalaleta , sucediera a Vanoli en un cargo tan sensible como estratégico.
«El resto de los nombres no tenían chances», aseguran desde el entorno presidencial, y destacaban la «experiencia» de la joven funcionaria, incluido un cargo ejecutivo en el Anses marplatense, durante la gestión kirchnerista. «Fernanda tiene sensibilidad, tiene capacidad», dijo la expresidenta sobre ella en un acto público compartido, en julio pasado, antes de la derrota de Raverta en las elecciones a intendente de su ciudad, a manos del macrista Guillermo Montenegro.
Más allá de las explicaciones formales, que hablan de una elección basada en la «necesidad de mejorar la gestión», la llegada de Raverta a la titularidad de Anses aparece como la necesidad de conservar el equilibrio interno en el Frente de Todos. La decisión fue festejada en las últimas horas por el diputado Máximo Kirchner , y la mesa chica de La Cámpora, distanciada de Vanoli de manera irremediable.
«El Anses era de ese espacio de la coalición. Se respetó el acuerdo», afirmaron a La Nación desde un importante despacho oficial. También celebraron intendentes bonaerenses cercanos a la expresidenta, como Jorge Ferraresi (Avellananeda) o Mariano Cascallares (Almirante Brown), incondicionales del gobernador Kicillof y distantes de versiones más moderadas del PJ en la provincia más poblada del país.
La mora en la designación de representantes en las empresas con participación del Estado-algunas muy sensibles para el kirchnerismo duro, como Papel Prensa, Telecom o Techint-y la falta de injerencia de La Cámpora en la conducción de sucursales de Anses (UDAI) de todo el país, enojaron al camporismo e influyeron en la caída en desgracia de Vanoli.
«Cristina no movió un dedo para defenderlo», afirman desde otro despacho, aunque desde el albertismo recordaron que «siempre dijeron que con Vanoli el kirchnerismo controlaba la caja de Anses. Vanoli la chocó solito con sus errores», reflexionó un incondicional del Presidente, quien apuesta-como todos en el Gobierno, más allá del sector al que reporten-al éxito de Raverta al frente del organismo, en momentos de incertidumbre vinculados a la pandemia.