La exgobernadora bonaerense encabezó una reunión virtual con más de 800 dirigentes; se refirió a su relación con Macri y a las críticas del kirchnerismo.
Por Jaime Rosemberg para La Nación.
María Eugenia Vidal está de vuelta. Con la restricciones que impone la pandemia por el coronavirus , es cierto, pero con una agenda de actividades virtuales y encuentros con dirigentes. La exgobernadora bonaerense dejó en claro que está dispuesta a «empujar el carro» opositor.
En una reunión virtual con 800 dirigentes y militantes de Pro Córdoba, Vidal defendió ayer su gestión -criticada duramente por el Gobierno y sectores kirchnerismo en los últimos días- y se enroló en el sector «dialoguista» de Junto por el Cambio, cuya cabeza pública y visible es hoy su antiguo aliado, el jefe de gobierno porteño Horacio Rodríguez Larreta.
«Somos distintos (al kirchnerismo). Acompañamos (al Gobierno) cuando hace falta, y levantamos la voz cuando creemos que es necesario», dijo la ex mandataria en aquel encuentro, según pudo reconstruir LA NACION de boca de varios de los participantes del encuentro, coordinado por el titular del bloque Pro en la Cámara baja, Cristian Ritondo.
«Apoyamos que se instalara la cuarentena, criticamos la decisión de la OA (Oficina Anticorrupción) de desistir de las querellas (contra la ex presidenta Cristina Kirchner ) y la decisión de salir del Mercosur (.) No estamos dispuestos a ser una oposición que apuesta a romper todo para volver al poder», remató la exgobernadora. Uno de los participantes había cuestionado, a través de una pregunta leída por la diputada Soher El Sukaria , porque a su criterio «a la oposición no se la ve» en el escenario público.
La apelación a una «oposición constructiva», que Vidal pidió «ampliar todo lo que podamos», coincide con la estrategia de «colaboración» de Rodríguez Larreta y los intendentes Pro del conurbano ( Jorge Macri, de Vicente López; Néstor Grindetti, de Lanús, y Diego Valenzuela, de Tres de Febrero, por citar solo algunos) con el gobierno de Alberto Fernández en el combate a la expansión del coronavirus. Y representa, de paso, una distancia con el sector de los «halcones» de Pro -que encabeza Patricia Bullrich , con el aval político del expresidente Mauricio Macri -que propone ahondar una oposición frontal al Gobierno, con el acento puesto en la figura de la vicepresidenta.
La relación con Macri
Durante el encuentro, varios de los participantes le preguntaron a Vidal por Macri. «Estamos en comunicación permanente con él. Tengo una relación de 15 años, es un vínculo personal y de afecto que no ha cambiado», contestó. El expresidente se comunicó la semana pasada con ella para transmitirle «solidaridad» luego de que Fernández recordara que «decía que no iba a abrir un hospital más en la provincia de Buenos Aires», una crítica que salieron a contestar Ritondo (su ex ministro de Seguridad bonaerense) y el diputado provincial Alex Campbell .
La reunión virtual de Córdoba fue solo una de las tantas apariciones partidarias de la exgobernadora, que ya conversó con dirigentes de La Pampa, y lo hará el viernes con sus partidarios de Corrientes. La semana pasada, en el medio de la disputa mediática con el Gobierno, habló con Larreta y recorrió un hospital en Lanús.
El sector «dialoguista», aún disperso, tiene otros actores como el exministro del Interior Rogelio Frigerio en tándem con el ex presidente de la Cámara baja Emilio Monzó . «Expresamos lo mismo, pero por ahora en diferentes lugares», expresaron cerca de Monzó, que días atrás encolerizó a los «duros» cuando habló públicamente de una «sucesión natural» del liderazgo, desde Macri hacia Rodríguez Larreta y otros dirigentes, entre quienes incluyó al diputado radical Martín Lousteau . Cuentan que el chat de los diputados «ardió» cuando Fernando Iglesias -mediático defensor de las posturas más combativas- le cuestionó a Silvia Lospennato (diputada monzonista) por las declaraciones de su jefe político.
El temor de esos sectores es que el eventual «regreso» de Macri, con vistas a 2021, genere una discusión por los lugares en las listas de diputados nacionales, sobre todo en la Capital, hoy dominada por el larretismo.