Molino Cañuelas se presentó a un concurso de acreedores

La empresa no logró llegar a un acuerdo con un grupo de bancos privados, por una deuda que mantiene de US$ 1.300 millones. De esta manera, la entidad informó que “busca proteger sus activos, puestos de trabajo y los intereses de los propios acreedores”.


El principal productor de harina de la Argentina, Molino Cañuelas, se presentó un concurso de acreedores “pese a los esfuerzos realizados en estos últimos años de negociaciones”. De esta manera, la empresa conocida por los bizcochitos 9 de oro y la harina Pureza, tendría una deuda cercana a los US$ 1.300 millones.

La compañía sostuvo que había llegado a un consenso con “una relevante cantidad de las instituciones financieras involucradas, incluida la banca nacional y organismos multilateral”, pero que “las acciones judiciales promovidas por una minoría de entidades financieras forzaron a la empresa a solicitar, conjuntamente con la firma Compañía Argentina de Granos S.A. (CAGSA), la apertura de su concurso preventivo de acreedores”.

La gigante alimenticia tendría una deuda cercana a los US$ 1.300 millones y en el mercado apuntan a que HSBC, Galicia e Itaú serían las entidades financieras que no habrían querido acordar en los términos planteados por la empresa.

La empresa informó que con la decisión “busca proteger sus activos, los puestos de trabajo directos e indirectos de la empresa y los intereses de los propios acreedores, manteniendo su estructura productiva y asegurando su continuidad operativa en todas sus plantas y establecimientos industriales y comerciales”.

Emplea a 3.000 personas y, además de galletitas y harinas, produce aceite, pastas, congelados, alimentos balanceados, pan rallado y packaging. Además, la empresa recordó que, en la última década, llevó adelante un importante plan de inversiones que en gran parte se cancelaba con un mecanismo de capitalización de la compañía en los mercados bursátiles local y del exterior mediante una Oferta Pública de Acciones

“Pero, la alta volatilidad que se registraba en ese momento en las principales bolsas del mundo y la performance económica negativa de la Argentina, redundaron en una falta de interés de los mercados que obligó a la compañía a desistir del proceso”, remarcaron.

Y agregó: “Esto sumado a las sucesivas crisis económicas vividas por nuestro país, donde solo durante el 2018 el peso se desplomó más del 50% contra el dólar, obligaron a la empresa a postergar el pago de ciertos compromisos e iniciar un proceso privado de re-perfilamiento del total de su deuda financiera”.

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