Macri ve a Cristina Kirchner como la responsable de un «plan político y judicial» contra él

El expresidente Mauricio Macri pasa la cuarentena en la quinta Los Abrojos con su mujer y dice que por ahora solo hablará a través de los comunicados del partido.


Por Jaime Rosemberg para La Nación.

El sábado por la tarde, Mauricio Macri recibió de manos de sus colaboradores el borrador de la respuesta opositora al jefe de gabinete, Santiago Cafiero, quien había caracterizado como «una catástrofe» una imaginaria gestión de Macri en tiempos de pandemia. «Pude aprovechar para decir cuán diferente hubiera manejado esta crisis», se desahogó el expresidente en la intimidad, luego de aprobar los nueve puntos de la respuesta, en los que criticó «la imposición estatal» y afirmó que nunca «habría aprovechado la pandemia para debilitar instituciones, eludir el control del Congreso y buscar la impunidad o la libertad de delincuentes condenados», en alusión a la vicepresidenta Cristina Kirchner y sus causas judiciales.

Desde su cuarentena en la quinta Los Abrojos, el ex presidente estuvo en contacto permanente esa tarde con la presidente de Pro, Patricia Bullrich, y los demás firmantes del documento. «Le gustó», contó uno de sus dirigentes de confianza. Macri dice que está preocupado por «defender la República» y caracteriza de «bombas de humo para distraer» a las denuncias conocidas en los últimos días sobre «espionaje ilegal» a cargo de la AFI durante su gestión y a las críticas directas del kirchnerismo en su contra. Detrás -señalan a su lado- está Cristina Kirchner, empeñada en «una escalada judicial y política» que busca «subirlo al ring» cuando, según sostienen en el entorno de Macri, al Gobierno «las cosas no le funcionan en lo económico y no hay una salida clara para la cuarentena».

«La verdadera naturaleza del kirchnerismo es siempre tener otro a quien culpar. Solo dialogan cuando tienen problemas o creen que lo necesitan, cuando se sienten fuertes, te atacan. Si quieren consensos, vamos a colaborar, pero si quieren confrontar nos vamos a defender», afirmó a LA NACION Bullrich, de diálogo permanente con el expresidente. El contraataque incluye una solicitada, encabezada por el diputado Pablo Tonelli, que saldría a la luz en las próximas horas, en la que se denuncia «un plan de impunidad que ha puesto en marcha el kirchnerismo» para «eludir la acción de la justicia» y, a la vez, «vengarse de quienes los llevaron al banquillo de los acusados».

Cerca de Macri afirman que el kirchnerismo viene «probando con distintas denuncias» para castigar la gestión anterior. «Empezaron con la denuncia de los 80 espiados (políticos, empresarios), y salió [ Marcelo] Tinelli a victimizarse cuando venía a sacarse fotos con Mauricio a La Rosada. La gente no lo creyó, y ahí pasaron a otras denuncias», expresó un incondicional.

Sin defender la gestión de Gustavo Arribas al frente de los espías, cerca del Presidente también relativizaron la denuncia oficial por espionaje a 400 periodistas, y adjudicaron la confección de las fichas a «garantizar la seguridad de los mandatarios» internacionales que llegaron al G20 y la cumbre de la OMC, ambas en Buenos Aires. En relación a la causa que lleva el juez Federico Villena , también por presunto espionaje, y en la que se presentó la expresidenta, cerca de Macri la describen como «unas fotos y alguna cosa más a cargo de unos truchos de la línea permanente», y desligan a Arribas del asunto.

¿Y las palabras de Cafiero? «Lo que dijo está avalado por el Presidente, que tiene que contentar a su electorado», afirmó un vocero, que admite que un día antes Fernández reconoció que una obra que inauguraba en Neuquén la había comenzado su antecesor. «Es un doble juego que está obligado a hacer», concedieron cerca de Macri.

Durante el fin de semana, Macri habló con María Eugenia Vidal y Horacio Rodríguez Larreta , quien -con su tono- también se manifestó «en desacuerdo» con las críticas del jefe de gabinete y lo desligó de las acusaciones de espionaje. «Estamos más juntos de lo que nadie imaginó», dice el ex presidente por estas horas, y contabiliza, además, a los 29 senadores opositores que el jueves pasado sostuvieron una posición conjunta de rechazo y bloquearon una serie de iniciativas impulsadas por el oficialismo.

Desde el larretismo coinciden en que la relación entre «dialoguistas» y «críticos» de Juntos por el Cambio mejoró al calor de las críticas del Gobierno. «Estamos más cerca que hace un tiempo», reconocen, aunque sugieren «no exagerar» en la respuesta al oficialismo, un matiz que desde el sector más duro prefieren no tomar en cuenta en estas horas de chisporroteos públicos. «Horacio es así, no se pelea con nadie», afirman los «halcones» opositores, en una mezcla de elogio a la moderación y crítica por lo que caracterizan como «tibieza» en el jefe de gobierno.

Convencido de que Cristina busca «embarrarlo» en la Justicia y «subirlo al ring», Macri sigue convencido de sostener su silencio mediático. «Habla a través de los comunicados del partido y de los dirigentes», aclaran cerca suyo. Esperan que los «ataques» continúen en las próximas semanas.

Entradas relacionadas

Deja tu comentario