“Los crímenes de abuso sexual ofenden a Nuestro Señor, causan daños físicos, psicológicos y espirituales a las víctimas y dañan a la comunidad de los fieles”, remarcó el Sumo Pontífice.
Por decreto, el papa Francisco dispuso una serie de nuevas normas contra los abusadores y encubridores de abusos sexuales, como la obligación para los religiosos de denunciar los ataques.
Estas decisiones fueron tomadas en un “motu proprio”, una carta emitida directamente por el Sumo Pontífice que modifica la legislación interna de la Iglesia. No obstante el Papa deseó que “el secreto confesional siga siendo absoluto e inviolable”, lo que excluye una denuncia de hechos de este tipo si fueron conocidos durante el rito de la confesión.
En la introducción de esta carta apostólica titulada Ustedes son la luz del mundo, Francisco subrayó que “los crímenes de abuso sexual ofenden a Nuestro Señor, causan daños físicos, psicológicos y espirituales a las víctimas y dañan a la comunidad de los fieles”. “Es bueno que se adopten a nivel universal procedimientos dirigidos a prevenir y combatir estos crímenes que traicionan la confianza de los fieles”, agregó.
El texto condena toda forma de violencia sexual, particularmente contra los niños y los adultos vulnerables. Esta obligación también incluye cualquier caso de violencia contra las religiosas por parte de clérigos, así como el caso de acoso a seminaristas o novicios mayores de edad.
Recuerda que está prohibido producir, poseer y distribuir por vía informática “material de pornografía infantil”. La jerarquía de la Iglesia es también condenable en casos de encubrimiento, consistente en “acciones u omisiones destinadas a interferir o evadir investigaciones civiles o investigaciones canónicas, administrativas o penales, contra un clérigo o religioso en relación con los delitos” de abuso sexual, especificó la carta del Papa.