La vicepresidenta publicó un extenso escrito donde analizó la situación actual de la Argentina. El problema de la economía bimonetaria es de imposible solución sin un acuerdo que abarque al conjunto de los sectores políticos», aseguró.
La vicepresidenta de la Nación, Cristina Fernández de Kirchner, se refirió este lunes a la situación económica actual a través de una extensa carta publicada en redes sociales, y aseguró que el freno de la economía es «agobiante».
“El freno a la economía y la incertidumbre generalizada sobre que va a pasar con nuestra vida son agobiantes (…) el problema de la economía bimonetaria que es, sin dudas, el más grave que tiene nuestro país, es de imposible solución sin un acuerdo que abarque al conjunto de los sectores políticos”, aseguró la ex mandataria en redes sociales durante un escrito titulado “A diez años sin él y a uno del triunfo electoral: sentimientos y certezas”, en relación al aniversario de la muerte del expresidente Nestor Kirchner.
Las certezas a las que hace referencia la presidenta del Senado son tres. La primera de ellas, relacionada a las críticas de los poderes “económicos y mediáticos” al gobierno de Alberto Fernández y a su última gestión presidencial, donde según dice, gran parte de la sociedad cuestionó sus “formas” y su falta de diálogo.
«Sin embargo, no pocos dirigentes en el peronismo pensaban que efectivamente el problema eran las formas y no el fondo. Es más, muchos también le agregaban las cadenas nacionales y las características de mi retórica (por decirlo de un modo elegante). Y la verdad es que ese fue también uno de los motivos que culminó en mi decisión del 18 de mayo de 2019», explicó previo a remarcar la asunción presidencial de Alberto Fernández y cómo «la experiencia macrista en el gobierno y la relación de fuerzas que surgió en el peronismo luego de las elecciones parlamentarias» impuso al kirchnerismo «la responsabilidad histórica de generar las condiciones para que el 10 de diciembre de 2019 alumbrara un nuevo Gobierno».
«Así, en diciembre del año pasado asumimos después de cuatro años de gobierno de Mauricio Macri y nos encontramos otra vez con un nuevo derrumbe. Cuatro años en los que se volvió a endeudar al país a límites insostenibles, con el retorno del FMI a la Argentina que le sumó a la deuda de los privados 44 mil millones de dólares más. Cuatro años de tarifazos impagables en los servicios públicos, cierre masivo de PyMES, pérdida del salario y jubilaciones, etc, etc, etc. Todo ello resultado de aplicar las políticas públicas que los factores de poder económico y mediático reclamaron durante los 12 años y medio de nuestros gobiernos y que se comprobó, luego de Macri, sólo conducen al desastre generalizado», sumó.
Y agregó: «Pero lo peor estaba por venir: en los primeros meses del 2020 devino un hecho inédito, impensado e inimaginable. Ni siquiera fue un cisne negro, sino una pandemia incontrolable que no tendrá cauce -como lo comprobamos a diario en todo el planeta- hasta el surgimiento de una vacuna o de un tratamiento».
«Segunda certeza: en la Argentina el que decide es el Presidente. Puede gustarte o no lo que decida, pero el que decide es él. Que nadie te quiera convencer de lo contrario. Si alguien intentara hacerlo, preguntale que intereses lo o la mueven», detalló tras criticar el concepto de «presidente títere» dirigido a Fernández y aclarar que pese a los calificativos de «rencorosa» y «vengativa», «a nosotros nunca nos movió el rencor ni la venganza».
«Eso de que “sólo quiere solucionar sus problemas judiciales” (SIC), a esta altura ya resulta inaceptable. Lo único que queremos es el correcto funcionamiento de las instituciones y que se garantice la aplicación de la Constitución Nacional y la ley a todos y todas por igual, sin doble vara ni privilegios», completó.
Por último, la tercera «certeza» destacada por la vicepresidenta se relaciona con el problema económico nacional.
«La Argentina es ese extraño lugar en donde mueren todas las teorías. Por eso, el problema de la economía bimonetaria que es, sin dudas, el más grave que tiene nuestro país, es de imposible solución sin un acuerdo que abarque al conjunto de los sectores políticos, económicos, mediáticos y sociales de la República Argentina. Nos guste o no nos guste, esa es la realidad y con ella se puede hacer cualquier cosa menos ignorarla», consideró CFK.
En ese sentido, justificó la aplicación del cepo durante su mandato presidencial justificada en «la restricción externa que apareció luego de haber soportado 6 corridas cambiarias», responsabilizó a Macri por lo que calificó como «una gestión de gobierno conducida por empresarios que receptó en sus políticas públicas todas y cada una de las demandas de los distintos factores de poder económico de la Argentina, incluído su alineamiento acrítico en materia de política exterior», y aseguró respecto a la «economía monetaria» que aplica en la Argentina:
«El problema de la economía bimonetaria no es ideológico. No es de izquierda ni de derecha. Ni siquiera del centro (…) tampoco es una cuestión de clase: los dólares los compran tanto trabajadores para ahorrar o para hacer una diferencia que mejore el salario, como empresarios para pagar las importaciones necesarias para hacer funcionar su empresa, para ahorrar y también, bueno es decirlo, para fugar formando activos financieros en el exterior, siendo esta última actitud una de las que más han contribuído a las crisis cíclicas de la Argentina; Y tampoco es producto de las experiencias hiperinflacionarias de la Argentina».