El presidente de Brasil, Michel Temer, lo ordenó por decreto, tras los actos de vandalismo durante una marcha de protesta en la capital brasileña.
El mandatario brasileño ordenó mediante un decreto que las Fuerzas Armadas se encarguen de reprimir los actos de barbarie que se sucedieron esta tarde en la capital de Brasil por parte de los grupos gremiales que protestan contra el actual presidente, como lo es la Fuerza Sindical –cuyo titular el diputado Paulinho Pereira apoyó el impeachment de Dilma Rousseff- y la Central Unica de Trabajadores (CUT, vinculada al PT).
La marcha que contó con más de 35.000 manifestantes, según datos de la policía militar del distrito Federal, transitó ordenada desde el estadio Mané Garrincha. Cuando llegaban al Congreso, una barrera los detuvo y la policía militar empezó a arrojar gases lacrimógenos y disparar con balas de goma, según explican fuentes cercanas a los hechos.
A partir de ese momento, grupos pequeños de personas encapuchadas y con las caras cubiertas, al estilo de los “black blocs” se dirigieron hacia los ministerios de Hacienda y de Agricultura, e intentaron prenderles fuego, generando un caos en la ciudad que desencadenó en la orden de Temer de llamar a los militares para controlar la situación.
