La casa más famosa del país tuvo una noche de mucho movimiento por el ingreso de dos nuevos participantes.
El primero en hacerlo fue Ariel Ansaldo. Apenas abrió la puerta, los chicos estaban adentro y ni se arrimaron a recibirlo. Recién cuando se metió en la casa todos se sumaron a saludarlos. Lo llamativo se dio cuando empezó a saludar a todos por su nombre, porque ya los conoce, claro.
De antemano, ingresó con el pie derecho por su sentido del humor. Además, el hombre de 45 años, oriundo de Berazategui, se presentó como parrillero. Luego, les dijo que le encanta cocinar y que hace muy buenas pizzas. Con ese dato, sumado a que hasta les puso apodos agradables, se los compró. Interesante ingreso de Ariel que en un momento se rindió ante la pileta porque también le gusta la natación.
Luego de él, el otro ingreso. El de Camila Latanzio, de 21 años. En este caso, la repercusión fue distinta. Sucede que las chicas están preocupadas, decían que los varones iban a estar pendientes de Cami, sobre todo Coti, por lo que pueda pasar con su novio, Conejo. Por supuesto que hay nerviosismo y todo juega en contra.
Cami se presentó como pianista y cantante. En su momento su lugar estaba en la música clásica, pero hace poco se dio vuelta para incursionar en la cumbia. Además, contó que hace poquito falleció su papá y desde entonces vende autos, se hizo cargo de la agencia que tenía él. Por otro lado, tiene una hermana gemela que juega al fútbol, es arquera en un equipo de AFA.
También indicó que es fanática de la limpieza, que no le gusta ver nada desordenado y que hasta se baña 3 o 4 veces por día. Este dato, claro, también la va a favorecer. A los que ya están les cuesta esa parte y seguramente Camila le imprimirá otro ritmo.
Romina fue la primera en recibirla. Como la vio nerviosa le ofreció un vaso de agua. De antemano se vio una buena onda con ella. Incluso, hasta fue quien le mostró la casa, cada recoveco del lugar en el que va a vivir de acá en más, hasta que el público lo decida.
Coti, Julieta y Daniela metieron el dedo en la yaga. Cuando la joven les dijo que tenía 21 años, apenas se alejó unos metros, las tres soltaron: “Parece más grande…como de 26”. Luego, se pusieron algo celosas por el recibimiento de Alfa, lo amable que se mostró con ella. “Puede ser tu nieta”, lo alertaron.