Eduardo Amadeo, Waldo Wolff, Daniel Lipovetzky y Álvaro González apuntaron contra la oposición luego del papelón ocurrido en el Congreso de la Nación.
Cambiemos continúa afirmando que tuvo quórum y sus diputados criticaron duramente a sus pares opositores. Hablaron de «violencia» y negaron que haya habido legisladores que se sentaron en su banca sin haber jurado aún. El primero en expresarse ante la prensa fuera del recinto fue Eduardo Amadeo, quien aseguró: «Lo que vimos es el triunfo de la brutalidad contra la democracia. Todo fue correcto, tuvimos quorum pero el objetivo de los que rompieron era impedir el dialogo. Estaos dispuestos a discutir las horas que fueran, pero demuestran desde la calle que no entienden la democracia del diálogo, solo entienden la brutalidad y la violencia. El diputado Moreau se paró frente a Monzó y le dijo ‘hijo de puta’ y lo invitó a pelear y le sacó el micrófono. Esa es la manera de hacer política que estos tipos entienden. Hay miles de fotos y ninguna muestra eso. Es una excusa de las muchas que usaron para romper esta sesión y no usar los procedimientos de la democracia».
En la misma sintonía se expresó el legislador Waldo Wolff: «Estamos dispuestos a debatir en la Cámara pero no estamos dispuestos a que sea la ley de la selva y que gane el más fuerte en la calle», y el también oficialista Daniel Lipovetzky: «Lo que pasó hoy fue una demostración de las peores prácticas del kirchnerismo. Lo hicieron siendo gobierno y ahora como oposición quieren imponer las cosas por la fuerza. No puede ocurrir nunca más».
Por último, el diputado Álvaro González puso el foco en el consenso generado entre los mandatarios provinciales para que esta ley llegara al recinto: «Hoy estábamos en el congreso sentados para discutir. La sesión de hoy está llamada al primero de uan serie de temas que se desprenden de un acuerdo que firmaron 23 de 24 gobernadores con el poder ejecutivo. Se empezaba con la reforma previsional, y una serie de leyes que viene como contrapunto del acuerdo firmado. Nosotros cumplimos con nuestra palabra, nos sentamos donde debemos a discutirlo. Hay un sector de la política que puede estar en desacuerdo con las propuestas pero ejerce con métodos violentos situaciones que se discuten conversando en el Parlamento».
