La nena de 12 años que falleció esperando un corazón reaviva un debate que surge ante cada emergencia nacional por la falta de órganos, mientras una larga lista de miles de argentinos y argentinas componen a un grupo social minoritario y muchas veces invisible que espera la solidaridad de sus compatriotas para seguir viviendo. La muerte de Justina Lo Cane es una pérdida que duele, y mucho, pero fundamentalmente desgarra porque se podría haber evitado. Mientras discutimos y debatimos sobre muchos temas (como por ejemplo sobre el destino del submarino…
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