Para el FMI los argentinos tienen el 50% de su riqueza en paraísos fiscales

Esas plazas tienen inversiones por U$S 19 millones, unos U$S 12 billones corresponden a sociedades y U$S 7 billones a particulares.


Por Roberto Pico

Para algunos los paraísos fiscales son “la gran guarida” de dinero “gris” del mundo; para otros, una forma de poner el capital a salvo de voraces Estados impositivos.

La mayor virtud de estas plazas es la de ser celosos carceleros de los secretos de sus clientes, pero en los últimos años investigaciones periodísticas -como los “Panamá Papers”- dejaron al descubierto que no son infalibles.

En virtud de su importancia en el andamiaje financiero mundial, el FMI realizó una investigación especial y determinó que los paraísos fiscales tienen depósitos por U$S 19 billones, de los cuales U$S 12 billones corresponden a sociedades y unos US$ 7 billones a personas físicas.

En su documento, que los convalida como actores del sistema, el organismo fue contundente: “Son muy poco transparente”, señaló en el diplomático lenguaje que lo caracteriza.

Para sostener su argumentación citó un estudio publicado en 2017 que combina estadísticas detalladas sobre inversión extranjera directa publicadas por la OCDE con la amplia cobertura de la Encuesta Coordinada sobre la Inversión Directa, del FMI, y concluye que:

U$S 12 billones —casi un 40% de toda la inversión extranjera directa en el mundo— es totalmente artificial ya que es canalizada mediante sociedades ficticias sin actividad real.

Las principales plazas definidas como paraísos fiscales son: Países Bajos, Luxemburgo, la RAE de Hong Kong, las Islas Vírgenes Británicas, Bermuda, las Islas Caimán, Irlanda y Singapur. Allí se alberga del 85% de la inversión mundial en entidades con fines especiales, constituidas por razones tributarias.

El informe del FMI sostuvo que los particulares tienen depositados en estos “oasis” unos U$S 7 billones y precisó que es el 10% del PBI mundial.

A su vez, señaló que el stock de riqueza transfronteriza es del orden del 4% en los países nórdicos y del 50% en algunos países productores de petróleo como Arabia Saudita y Rusia, y en otros de gran inestabilidad financiera como Argentina y Grecia.

Para el organismo, no siempre los paraísos fiscales se utilizan para evadir impuestos y citó como ejemplo a la Argentina, cuyos inversores buscan estos destinos grises “para eludir controles de capital durante una crisis cambiaria”.

El FMI consideró que la mayor digitalización y movilidad de los activos obligará a las oficinas tributarias de cada país a forzar controles cada vez más estrictos y eficaces.

En ese sentido afirmó que “más países deben comenzar a suministrar regularmente datos financieros desagregados por instrumento, sector interno, sector de contraparte y país, moneda y vencimiento.

Además, remarcó que “las estadísticas macroeconómicas tradicionales, con base en la economía nacional como única frontera relevante, son cuestionadas cada vez más por la globalización financiera”.

Por tanto, concluyó que “estas estadísticas deben complementarse con datos sobre interconexión mundial que vayan más allá de la tenencia de riqueza financiera y de las fronteras para encontrar a los propietarios finales”.

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