Las estadísticas muestran que los robos en moto aumentaron un 10% en los últimos dos años.
En la Ciudad de Buenos Aires, el 90% de los motochorros detenidos recuperan la libertad en menos de dos días, mientras que los robos de este tipo continúan en aumento: las estadísticas muestran que subieron un 3% en 2018 respecto al 2017 y un 10 % en comparación al 2016, con un total de 11.166 casos denunciados.
Los datos fueron publicados por Clarín y significan más de 30 robos en moto por día. Por su parte, en el Conurbano no se conocen las cifras, aunque según las últimas informaciones oficiales de 2017, las causas por “robo” y “robo agravado por uso de arma”, que son los delitos que suelen cometer los motochorros, aumentaron un 5% y un 2%, respectivamente.
Es por ello que el gobierno porteño y el bonaerense buscan alternativas para combatir esta modalidad de asaltos. En Provincia, intentarán que este año se vote la ley para que los acompañantes deban usar un chaleco reflectante con la patente estampada, medida que ya rige en la Ciudad desde septiembre de 2017.
De los 188 detenidos por la Policía en operativos contra motochorros durante 2018, el 20% fue liberado en el momento y el 70 % fue trasladado a una alcaldía, pero liberado a las 48 horas. “El Código Penal no depende de la Ciudad. La ley en algunos puntos se puede modificar. Pero a veces con interpretarla de la manera que demanda la sociedad sería suficiente”, dijo a Clarín un funcionario del área de Seguridad.
En tanto, desde la Justicia critican el sistema de flagrancia, vigente desde 2016: “Hay 24 horas para tener la audiencia y resolver. No da tiempo de hacer un montón de cosas fundamentales”, manifestó un experimentado fiscal, y agregó: “En nuestro sistema, la regla es la libertad durante el proceso y la excepción la detención. Los parámetros para dejar detenido a alguien no son novedosos, ni de la doctrina Zaffaroni. Son de la Corte de 1908”.
A su vez, un juez penal consultado por Clarín opinó: “La libertad ambulatoria es el principio rector en el proceso penal. Por supuesto que hay un margen discrecional y por ahí puede llegar a estar la posibilidad de someter con más o menos tiempo a alguien a una detención”.
“Hay una parte del imaginario colectivo que cree que los jueces estamos para ‘liberar delincuentes’ nada más, y el trabajo cotidiano es bastante más que eso. Todos los que conformamos el sistema judicial no dejamos de ser parte de esta misma sociedad que sufre el delito cotidiano. Pero no podemos apartarnos de la ley”, añadió.
