Lo que dejó el tercer debate sobre la despenalización del aborto

Tensión en el Congreso – A diferencia de las reuniones anteriores, se escucharon opiniones más fuertes en reclamo de la aprobación de la ley.


La Cámara de Diputados llevó adelante hoy la tercera jornada de debate sobre la despenalización del aborto con voces a favor y en contra, aunque a diferencia de las reuniones anteriores, se escucharon discursos más fuertes en reclamo de la aprobación de la ley.

El plenario de las comisiones de Legislación General, de Salud, de Familia y de Legislación Penal recibió nuevamente a médicos, juristas y figuras mediáticas que se expresaron en ambos sentidos sobre el proyecto en debate e incorporaron la discusión sobre la objeción de conciencia.

No obstante, el reclamo de la sanción de la ley de despenalización se sintió con mayor fuerza, con apelaciones directas a los diputados para que dejen de lado la discusión sobre «el inicio de la vida» y valoren «la razón por sobre los dogmas».

Uno de los discursos más fuertes fue el de la coordinadora nacional de MuMaLá (Mujeres de la Matria Latinoamericana), Raquel Vivanco, quien expuso mostrando una bombacha con el fin de responder a Lorena Fernández, una mujer de la Villa 31 que la semana pasada sostuvo que «las que abortan son unas trolas» que «piensan con la bombacha».

«Usan a una mujer humilde para insultarnos. Se dijo que las que abortábamos somos borrachas, trolas, que pensamos con la bombacha y no con la cabeza. ¿Ese es el nivel de discusión de quienes están en contra del aborto?», disparó la activista.

En ese momento, la interrumpió la diputada oficialista Cornelia Schmidt-Liermann, quien respaldó a Fernández y cuestionó a Vivanco por criticar a una mujer que «no se puede defender», razón por la cual el presidente de la Comisión de Legislación General, Daniel Lipovetzky, debió poner orden.

«Yo aborté y vengo a decirles que voten a favor del proyecto de legalización del aborto o se abstengan, pero que no voten en contra de las mujeres, no voten en contra de nuestros derechos.

Estamos enojadas, estamos dolidas, estamos hartas. Y les decimos basta», subrayó Vivanco. A su turno, la abogada Natalia Volosin criticó las exposiciones de los detractores del proyecto y señaló que «no es un argumento mostrar la imagen de una ecografía», como tampoco lo es «decir que se está a favor de la vida».

«Las creencias personales no interesan en este debate, en el marco del sistema democrático el deber es atender alas razones públicas. Es razonable escuchar a las religiones, solo si ofrecen argumentos. Un dogma no es una razón», agregó.

En este sentido, la letrada remarcó que «el deber de los legisladores no es votar a conciencia, sino dar razones públicas, cualesquiera que sean sus razones morales o religiosas» y advirtió sobre el peligro de que los establecimientos de salud usen «como excusa la objeción de conciencia».

Sobre ese tema -que fue introducido a partir del proyecto de libertad de culto que impulsa el oficialismo- la ex senadora María Eugenia Estenssoro advirtió que «no puede ser el instituto médico entero» el que apele a la objeción de conciencia para impedir la práctica del aborto.

La abogada Analía Mas, integrante de la Coalición Argentina por un Estado Laico, sostuvo que «quienes se oponen» a la despenalización del aborto «confunden moral y derecho» y remarcó que «el Estado laico es el único que permite la convivencia pacífica entre quienes tiene distintas miradas».

Respecto de la objeción de conciencia, sostuvo que «es abuso de poder» porque «modifica el paradigma de la neutralidad del Estado en materia religiosa».

El médico y docente de la UBA Fabián Portnoy, consideró que «es imprescindible despenalizar el aborto» y señaló que «los mal llamados ´grupos pro vida´ piensan que para disminuir el aborto hay que mantenerlo prohibido» pero «los países que lo han legalizado, en pocos años, los disminuyeron».

«Bélgica y Alemania, luego de legalizar el aborto, lo disminuyeron. En la ciudad de México, el 90% de las mujeres que se practican un aborto salen de allí con una cobertura de métodos anticonceptivos», agregó.
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En contra
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Previamente escucharon a una serie de expositores que cuestionaron la iniciativa, entre quienes estuvo el secretario de Salud de San Miguel, Pablo de la Torre, hermano del ministro de Gobierno bonaerense, Joaquín de la Torre.

El funcionario cuestionó la cifra de 500 mil abortos por año y señaló que las estadísticas oficiales indican que en 2016 «fueron 43 las muertes de mujeres por abortos provocados o espontáneos» y consideró que «esto pone de manifiesto que la legalización del aborto no responde a una necesidad real del Estado sino que responde a intereses más poderosos».

Por su parte, el abogado y docente de la UCA Juan Bautista Navarro Floria se refirió al derecho a la objeción de conciencia, uno de los temas que se discute en el marco del tratamiento del proyecto, y afirmó que está «garantizado por la Constitución Nacional y los tratados de derechos humanos».

Floria señaló que al establecer el derecho al aborto, se genera un «conflicto de derechos humanos» y enfatizó que «el Estado tiene la obligación de proteger ambos derechos subjetivos y armonizarlos, evitando que uno destruya al otro».

A su turno, Mariano Ghilardi, médico especialista en bioética y miembro del Centro de Ayuda para la Mujer La Merced, advirtió sobre la difusión del uso del misoprostol «como método seguro» para el aborto y sostuvo que «genera fuertes contracciones, con intenso dolor y hemorragias».

Entre los oradores en contra del proyecto también estuvo Gustavo Volpe, presidente de Rosario ProVida, quien dijo que la iniciativa «permite matar seres humanos en gestación» y preguntó: «¿Hasta cuándo van a discutir lo indiscutible, aquello que la ciencia ya ha dado como cierto hace tiempo? Y es que la vida es desde la concepción».

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