Juego on line: el “Uber” de las agencias de lotería

Cinco mil propietarios de estas casas de juego están en vilo ante el nuevo escenario para las apuestas.


Por Roberto Pico

Luego de negarse sistemáticamente bajo la convicción de evitar la proliferación del juego, Cambiemos modificó su postura por imposición de la realidad y permitirá las apuestas on line, fenómeno de desarrollo global que en la Argentina opera en forma marginal restándole recursos al Estado por la falta de un marco regulatorio adecuado.

En forma conjunta –inequívoca señal de que resultó una decisión política consensuada- las legislaturas de la Ciudad de Buenos Aires y de la provincia de Buenos Aires sancionaran a fines de 2018 sendas leyes que convirtieron en legal una metodología que ya cuenta con miles de adherentes en nuestro país, quienes eluden la prohibición local mediante no muy sofisticadas herramientas tecnológicas: cambiar la localización IP de la computadora, fraguar depósitos en cuentas del exterior, depositar dinero mediante tarjetas internacionales, entre otros trucos.

Ahora las leyes aprobadas permitirán encuadrar el negocio y además nuevos recursos para las arcas públicas pero al mismo tiempo pueden convertirse en el “Uber” de las agencias de lotería oficialmente habilitadas poniendo en riesgo miles de fuentes de trabajo.

La posibilidad de acertar el resultado de un partido de fútbol, de tenis, de rugby, o simplemente al primer expulsado de determinado juego desde cualquier dispositivo y en cualquier momento, competirá directamente con la Quiniela, el Loto, el Telekino, el Quini 6 y las jugadas hípicas, actualmente reservadas para las casas lotéricas y que requieren de una actitud presencial del apostador. Con este esquema es evidentemente la competencia tendrá un claro ganador.

Como “Uber”, desde un teléfono celular se podrá elegir el ganador de una competencia deportiva en detrimento de un local al que no le quedarán herramientas para seducir a sus clientes. Con un dato más preocupante aún: será un poderoso imán para la franja de apostadores más jóvenes, quedando para las agencias la porción del mercado más añosa.

La alarma ya se encendió entre los agencieros. Rápido de reflejos, el presidente de la Cámara de Agencias de Lotería de la Provincia de Buenos Aires, Marcelo Iglesias, declaró en un sitio especializado que las “agencias serán agentes de comercialización del juego on line”, revelando una comunicación informal con las autoridades de la lotería bonaerense. Sin embargo, el silencio oficial sobre cómo se instrumentará llena de preocupación a los propietarios y a los empleados de estas casas de juego.

De acuerdo a trascendidos, es intención de la Provincia y de la Ciudad poner a disposición los pliegos de licitación de las licencias para explotar el juego on line durante enero. En el distrito bonaerense se adjudicarán hasta siete licencias que estarán obligadas a tener radicación en el territorio, mientras que en la ciudad no habrá límites. Recién en ese momento puede haber precisiones que hoy faltan.

En forma similar a lo que sucede con el servicio de taxis, las agencias de lotería funcionan a través de “licencias” que son otorgadas por la autoridad de aplicación. Existen unas 1.300 en la ciudad de Buenos Aires y cerca de 4 mil en la provincia. O sea más de 5.000 propietarios, más un número similar de empleados directos y  de comisionistas que articulan la operación.

El temor es el mismo que ya afecta a los taxistas: si el juego on line no pasa por las agencias, las recaudaciones caerán en forma notoria y por ende  la rentabilidad y en valor de las licencias pagadas. Y a diferencias de los autos, no podrán salir a “yirar” –léase abrir más horas- para compensar las caídas.

Las agencias lotéricas trabajan de lunes a sábado entre las 8 de la mañana y las 9 de la noche, incluso aquellas que cuentan con jugas hípicas pueden extender su horario de atención hasta las 22 y también funcionar los domingos y feriados.

Su operación es toda “en blanco” ya que las apuestas quedan registradas en forma directa con las loterías y de allí se desprenden las ganancias con precisión de centavos. En consecuencia, un cambio en las reglas de juego las puede dejar contra las cuerdas.

Una de las posibilidades que trascendió es que las agencias se conviertan en “expendedoras” de vouchers o tickets por distintos valores que luego puedan ser volcados a los dispositivos móviles para cargar las cuentas, pero esto generaría un costo adicional para las licenciatarias.

En la actualidad la casas de juego on line conocidas funcionan sobre cuentas abiertas propias que reciben giros bancarios y de alguna forma permiten seguir la trazabilidad de quien está jugando y el monto.

De esta forma se abre una nueva faceta en el negocio del juego que hasta ahora había esquivado una tendencia desarrollada a nivel mundial. Argentina se incorpora de la misma manera que lo hizo Colombia y, recientemente, Brasil –aprobó una ley similar- creando una base regional que más temprano que tarde incorporará a todos los países restantes.

En Argentina el desafío será adecuar la legislación para hacer atractivo el negocio pero sin perjudicar el trabajo de miles de personas vinculadas a las agencias de quiniela, objetivo crucial en momentos en que la recesión no para de cerrar puertas.

 

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