La diputada nacional quiso aclarar durante la sesión lo dicho a principios de semana y cometió un furcio que generó abucheos. «El progresismo estúpido no sabe lo que son los pobres», acusó la cofundadora de Cambiemos.
Un lapsus de la diputada nacional de Cambiemos Elisa Carrió desató una ola de abucheos y críticas de la oposición en plena sesión en la Cámara Baja este miércoles por la tarde. Todo empezó cuando Daniel Arroyo, del Frente Renovador, reclamó el tratamiento de un proyecto para ampliar el programa de micro créditos para facilitar el financiamiento de máquinas y de herramientas.
Carrió pidió la palabra y ahí llegó su furcio: «Estamos de acuerdo con esta propuesta de Arroyo. Pido que se trate en comisión para poder discutirlo a nivel del Poder Ejecutivo. A propósito, quisiera aclarar una situación cuando dije que era necesario mantener las propinas y coimas«.
En ese momento la oposición comenzó a abuchear a la legisladora, que se defendió: «¡Fue un lapsus, lo miré a usted (en alusión al jefe de bloque del Frente para la Victoria, Agustín Rossi ), y me acordé del hermano de Rossi, me acordé de las coimas.!», dijo Carrió, en referencia al exdiputado Alejandro Rossi, empresario del transporte en la provincia de Santa Fe.
«En otros momentos de crisis sociales nos llamaban y me están llamando cartoneros, cartoneros que trabajan; manicuras que trabajan, la gente que corta el pasto, y es necesario que las clases medias no supriman estos gastos, es una forma de solidaridad en momentos de crisis», continuó la líder de la Coalición Cívica.
Como los abucheos iban en aumento, Carrió elevó el tono de su voz y cerró: «¡El progresismo estúpido no sabe lo que son los pobres!».
Fue la líder de bloque del Frente Renovador, Graciela Camaño, quien defendió a Carrió: «Nos guste o no lo que diga una diputada, resulta impropio de este cuerpo abuchearla. Por consideración a nuestra propia investidura», consideró.
La legisladora oficialista volvió a pedir la palabra y aseguró que nunca en sus 22 años como diputada nacional, había tenido tantas dificultades para expresarse en el recinto: «Esto es violencia. Hay una ira inexplicable. Yo no tengo un problema con no hablar en la Cámara de Diputados. Tengo 40 minutos en un programa de televisión, les guste o no les guste».