El Muñeco comete los mismos errores que su antecesor, prescindiendo de los juveniles y extraños planteos. ¿Cómo dará vuelta la serie en El Monumental?.
La goleada que sufrió River anoche en Brasil no solo quedará en el recuerdo como unas de las palizas más grandes que sufrió el Millonario por Copa Libertadores, sino también por el insólito y errado planteo táctico de Marcelo Gallardo.
La pregunta que se hacen todos los hinchas es ¿por qué?
¿Por qué inventar a horas del partido más crucial del año, por qué insistir con jugadores que ya no resuelven, por qué dejar petrificados en el banco a los únicos que pueden generar peligro, por qué casarse con los que ya no rinden, por qué no actuar basándose en los hechos, por qué no usar el sentido común?
Prescindir de los juveniles fue algo que se le retrucó mucho a Martín Demichelis previo a su abrupta salida del club, además de los cambios y planteos insólitos que derivó en derrotas y eliminaciones vergonzosas. Y ahora esta política continúa con el Muñeco.
¿Acaso hay una ley que prohíbe mandar a la cancha a los pibes? Más aún sabiendo, y quedando en evidencia en cada partido, que son los únicos que tienen la capacidad de abrir un partido. Los únicos que hacen levantar a los hinchas cuando toman la pelota y se acercan al área rival.
Manstantuono y Echeverri mirando desde afuera sin jugar ni un minuto, fue sin dudas una de las imágenes que más furia provocó en el hincha. Comenzar el segundo tiempo con los mismos 11 que empezaron el partido, también inexplicable.
Incluso uno de los máximos ídolos del club como Ariel Ortega se expresó por redes sociales y dejó en claro que las dos joyas de River deben ser titulares en la vuelta.
«El Burrito» posteó una foto en su Instagram en la que se ve a Mastantuono y Echeverri abrazados con la frase: «Nos vemos en El Monumental«.
Lo cierto es que ayer, Gallardo y los jugadores hicieron un papelón. Ni el hincha más optimista cree que este plantel, con los caprichos y decisiones inentendibles del DT, pueda revertir el 0-3 que nos propinó Atlético Mineiro.
De cara a la revancha, sólo queda rezar a que el Muñeco pegue un volantazo, pase la escoba y le haga caso al hincha, que casi nunca se equivoca. Y si la suerte no acompaña y el resultado no alcanza, al menos quedar afuera con la frente en alto y con otra imagen.
Parece mentira, pero lo que tanto le cuestionamos a Demichelis… ahora lo hace Gallardo. Basta de aplaudir todo viviendo del pasado, debemos exigir que se respete la historia del club y siempre ir por más.
River es una máquina, pero una máquina de regalar prestigio. Por favor detengan esa sangría ya.
