Pese a los datos positivos de la economía, Javier Milei les pide a sus ministros «mantener la guardia alta»

En Casa Rosada afirman que ya han enfrentado “dos golpes de mercado” y que los embates pueden seguir. “No hay que bajar la guardia”, suele decir el Presidente a su equipo económico.


Por Liliana Franco para Ámbito

El Gobierno evaluó que logró superar una semana compleja, pero que aún así lo peor no pasó: que “los embates siguen” y que deben “mantener la guardia alta”, según describen cerca de Javier Milei.

En el despacho del Presidente en la Casa Rosada no hay un aparato de televisión, tampoco pantallas conectadas a agencias de noticias económicas como podría suponerse por su pasión en la materia. Su medio de comunicación por excelencia es el celular, vía redes sociales, especialmente en X (ex Twitter).

La descripción del ámbito laboral del primer mandatario sirve para entender cómo transita Milei estos momentos de tensión en los mercados financieros y cambiarios.

«Guardia alta», el pedido de Javier Milei a su Gabinete

En el Gobierno afirman que ya han enfrentado “dos golpes de mercado” y que los embates pueden seguir. “No hay que bajar la guardia”, suele decir Milei a su equipo económico. “La semana fue difícil, pero culminó con muy buenos datos económicos”, argumentan.

Mencionan la inflación mayorista de junio (se redujo a 2,7%) lo que preanuncia que continuará la tendencia descendente en el índice de los precios al consumidor; la actividad económica que mostró un crecimiento del 1,3% desestacionalizado en mayo – que no se explica sólo por el agro – y la resolución de casi el 80% de los puts.

El Presidente señaló a sus íntimos que está convencido del rumbo que ha tomado y, por lo tanto, no está pendiente de las oscilaciones que puedan tener el dólar o los precios de los bonos durante el día.

Reitera “una confianza absoluta” en el ministro de Economía, Luis “Toto” Caputo y su equipo (son “intocables”) y en ellos delega la gestión del día a día.

Más aún, suele enfurecerse cuando alguien critica a “Toto”, como fue el caso de Teddy Karagozian, recientemente expulsado del Consejo de Asesores Económicos del Presidente por pedido de Milei, tras las críticas que el empresario textil formuló sobre la política del Palacio de Hacienda.

El primer mandatario está decidido no sólo a bajar la inflación, sino a “terminar” con este flagelo. “Es el compromiso que asumí con los argentinos y lo voy a mantener a rajatabla”, insiste en su círculo íntimo.

Con escasa representación política (particularmente en el Congreso), el sustento en la opinión pública es el principal pilar del gobierno de La Libertad Avanza. En tal sentido, se han encendido algunas luces amarillas.

Si bien la administración de Milei mantiene un alto nivel de aprobación, en los dos últimos meses se observa un deterioro en la valoración del desempeño del Gobierno.

Una encuesta de Synopsis arrojó que en julio 50,4% tiene una visión negativa, contra 43,7% que califica de manera positiva (en mayo 45,7% tenía una opinión positiva y 44,1% negativa).

En este contexto, no extraña que el Gobierno decida dar una batalla frontal contra la inflación – su logro político más manifiesto –.

Emisión, la raíz del problema

Como Milei ha reiterado infinidad de veces, considera que la inflación es un fenómeno monetario y que, cortada la emisión, se acaba el problema. De ahí que su esfuerzo esté en terminar con la impresión de billetes.

En su lógica no tiene sentido hablar de atraso del tipo de cambio. “Cómo pueden ser tan brutos diciendo que el dólar está atrasado cuando las exportaciones volaron”, señala a sus allegados.

Y asegura que están equivocados quienes dudan de la solvencia del país para hacer frente a la deuda porque asegura que tendrá suficiente superávit como para hacer frente a los compromisos.

En el Gobierno evalúan que en los últimos días sufrieron dos golpes de mercado que “apuntaban a llevar el dólar financiero a $ 1.800”. En este sentido ubican la decisión del Banco Macro -al que vinculan a Sergio Massa– de ejecutar los puts.

En los pasillos oficiales también hay severas críticas al accionar del FMI. En particular, contra el director del hemisferio occidental, Rodrigo Valdez.

Sin medias tintas, el Presidente lo acusó de “que tiene mala intención para con Argentina manifiesta. Estoy convencido de que esa persona no quiere el bien para Argentina. Y era absolutamente contemplativo con el gobierno anterior. Y nosotros, que somos un ejemplo de un esfuerzo fiscal nunca visto en la historia de la humanidad… Bueno, pero él tiene otra agenda, evidentemente» expresó.

Y remató: «Él es Foro de San Pablo, mezcla lo político y lo ideológico. O sea, él no quiere que a Argentina le vaya bien. Pero a nosotros no nos importa, nosotros seguimos adelante”.

Ámbito se comunicó con el FMI para solicitar alguna consideración sobre el tema sin obtener ningún tipo de respuesta. Es de esperar que en este caso no se aplique el refrán que dice: “El que calla otorga”.

De todas maneras, es de suponer que el organismo tomará cuenta de las severas acusaciones del presidente de Argentina que es además el primer deudor del organismo.

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